Los artesanos de equipo militar o Amantecas eran el gremio que se dedicaban a la fabricación del chimalli y este formaba parte de los artículos que eran tributados al Imperio Mexica.
El chimalli tenía como la cualidad visual más importante su cara frontal y las tiras que le colgaban.
La cara frontal tenía un uso de carácter heráldico, con rostros, figuras legendarias o diseños abstractos con distintos significados.
El diseño del escudo ayudaba a identificar al portador en rango militar, jerarquía social y experiencia en combate.
Los materiales utilizados variaban también a su vez con respecto al nivel del combatiente, donde las versiones más fuertes con aleaciones de bronce con metales preciosos como el oro y plata estaban reservadas para altos rangos.
[4] Los chimallis que sobreviven en la actualidad son solo de esta variante y no hay especímenes de la variedad militar (Yaochimalli), reforzados y completamente funcionales, documentados.
[9] Este chimalli es del tipo māhuizzohchimalli, el cual era ornamental y como trofeo a los logros en combate.
[12] La estatua representa de manera abstracta y con figuras geométricas básicas (esferas, cubos, tetraedros) un guerrero mesoamericano portando un chimalli.
Existe controversia por el costo de la obra[13] y también por su estilo artístico geométrico.