Luego se trasladaron a un programa separado llamado "Mariner Jupiter-Saturn", más tarde rebautizado como Programa Voyager porque se pensó que el diseño de las dos sondas espaciales había progresado lo suficiente más allá del de la familia Mariner como para merecer un nombre separado.
El Gran Tour Planetario consistía en enviar varios pares de sondas para volar por todos los planetas exteriores (incluido Plutón, entonces todavía considerado un planeta) a lo largo de varias trayectorias, incluidas Júpiter-Saturno-Plutón y Júpiter-Urano-Neptuno.
La financiación limitada puso fin al programa Grand Tour, pero se incorporaron elementos al Programa Voyager, que cumplió muchos de los objetivos de sobrevuelo del Grand Tour, excepto una visita a Plutón.
Su trayectoria fue diseñada para permitir sobrevuelos de Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
La Voyager 1 y la Pioneer 10 son los objetos hechos por el hombre más separados entre sí, ya que viajan en direcciones opuestas con respecto al sistema solar.
En algún momento alrededor de 2025, ya no habrá suficiente energía para operar ningún instrumento científico.
Este disco fue ideado por un comité científico presidido por el astrónomo Carl Sagan, quien, refiriéndose al mensaje, aseguraba que su objetivo principal no es el ser descifrado, por el hecho de que su simple existencia pone de manifiesto la de los humanos, así como sus esfuerzos por contactar a otras especies inteligentes que pudiesen existir fuera del sistema solar.
Actualmente, debido a problemas de presupuesto, el proyecto es controlado por un grupo de tan solo diez personas pertenecientes al Jet Propulsion Laboratory, y podría ser abandonado en un futuro próximo junto con otras misiones, dejando a ambas sondas seguir su camino sin que haya nadie que las escuche en la Tierra.
La misión, que se proyectó para durar cinco años, cumplió su cuadragésimo aniversario en 2017.
Ahora está «en el abismo del espacio interestelar» como dice el científico Richard A. Kerr a la revista Science.
El contenido de este registro fue seleccionado por un comité que incluía a Timothy Ferris[13] y estuvo presidida por Carl Sagan.
Entre las más conocidas se encuentra una imagen de la Tierra como Un punto azul pálido, tomada en 1990 por la Voyager 1 y popularizada por Carl Sagan.