Sonata para violín n.º 5 (Beethoven)

24, conocida como "Primavera" o en alemán "Frühling", es una pieza camerística compuesta por Ludwig van Beethoven en 1800 y publicada en 1801.

[1]​[2]​[3]​ El sobrenombre Primavera surgió más tarde y pretende describir el carácter de la pieza.

El propio Haydn comentó a su biógrafo Giuseppe Carpani lo siguiente sobre su alumno:[7]​ El joven compositor se sentía cada vez menos satisfecho con su anterior y más popular Septeto, como demuestra su célebre conversación con Wenzel Krumpholz.

[7]​ De hecho fue anunciada para su publicación bajo esta etiqueta por Mollo y existe una copia del Op.

Sin embargo, en una nueva edición del año siguiente las partes para violín de las dos sonatas se editaron en formatos diferentes por error.

[4]​ En cualquier caso la separación resulta apropiada puesto que ambas obras difícilmente podrían ser más diferentes entre sí.

La sonata n.º 4 es distante, ascética, de tono dramático y textura ligera al menos en sus movimientos exteriores.

Según el hermano de Beethoven, Carl, el conde había encargado dos sonatas para violín conforme a un acuerdo que era habitual en la época.

El conde von Fries ayudó a Beethoven de manera continuada durante años hasta que se declaró en quiebra.

La obra rompe con el siglo XVIII en otros aspectos, sobre todo en el lirismo desenfadado que impregna cada movimiento.

Se abre con el lírico tema principal de cuatro compases cantado por el violín sobre un delicado acompañamiento del teclado.

Las corcheas siguientes parecen un poco más cautelosas, sin frenar el ímpetu y alegría del inicio.

Esta sensación persiste en el siguiente pasaje a través de apretados acordes menores y ritmos sincopados.

[3]​ Le sigue una transición a la recapitulación, que es tan larga como la exposición de 86 compases, pero no es una repetición literal.

El segundo movimiento, Adagio molto espressivo, está en si bemol mayor, en compás de 3/4 y responde a la forma bar.

El piano presenta la nostálgica melodía sobre la que el violín hace pequeñas intervenciones para meditar unos instantes.

[3]​ “Beethoven actúa como un caricaturista musical: la interacción entre violín y piano parece “postiza” ya que un instrumento suena después del otro.

Para reforzar esta impresión en el trío se recurre a la música folclórica más sencilla con movimientos de terceras paralelas en escala simple sobre un bajo ostinato.

Entremedias hay pasajes en modo menor de cierta agitación y modesto dramatismo, aunque al final se impone la luminosa disposición del tema principal.

Rebajado en una tercera y por tanto nublado por un tono menor, los acordes adicionales en pizzicato en el violín aportan un nuevo timbre.

El último tema del rondó reaparece rítmicamente variado y conduce a la coda final.

Beethoven en 1801, por Carl Riedel .
Primera página de la partitura autógrafa del Op. 24 ( Biblioteca Nacional de Austria ).
Conde Moritz von Fries, dedicatario de las sonatas Op. 23 y 24, con su esposa (Jean-Laurent Mosnier, c. 1801).