[2][3] Las organizaciones de resistencia anticomunista polaca más conocidas que operaban en la Polonia estalinista incluyen a Wolność i Niezawisłość (WIN, «Libertad e independencia»), Narodowe Siły Zbrojne (NSZ, «Fuerzas Armadas Nacionales»), Narodowe Zjednoczenie Wojskowe (NZW, «Unión Militar Nacional»), Konspiracyjne Wojsko Polskie (KWP), Ruch Oporu Armii Krajowej (ROAK, «Ejército de resistencia local»), Armia Krajowa Obywatelska (AKO), Niepodległość, Delegatura Sił Zbrojnych na Kraj y Wolność i Sprawiedliwość (WiS, «Libertad y justicia»).
[5] Stalin se proponía asegurar que no resurgiera una Polonia independiente en el período de la posguerra.
En esa época, el gobierno en el exilio todavía creía que la solución podían ser encontrada por medio de negociaciones.
En consecuencia, por más de un año, fueron agencias soviéticas, como el NKVD, las que trataron con el AK.
Otros veteranos fueron arrestados cuando decidieron acercarse al gobierno después de que les prometieron una amnistía.
[5] La tercera organización del AK era Wolność i Niezawisłość (WiN; "Libertad y Soberanía").
Considerados como enemigos del Estado, privados de recursos y con una facción que abogaba por la resistencia armada contra los soviéticos y sus pares polacos, WiN estaba lejos de ser eficiente.
Una victoria significativa para el NKVD y la recientemente creada policía secreta polaca, Urząd Bezpieczeństwa (UB), llegó en la segunda mitad de 1945, cuando lograron convencer a varios líderes del AK y del WiN de que querían verdaderamente ofrecer una amnistía a los miembros del AK.
Varios meses más tarde, cuando los líderes encarcelados del AK y del WiN se dieron cuenta de su error, la organización estaba incapacitada y miles de sus miembros fueron arrestados.
En el período de 1944–1956, aproximadamente 300.000 polacos fueron arrestados[20] o hasta dos millones, según diferentes fuentes.
Todavía entonces, algunos partisanos continuaban en servicio, poco dispuestos o incapaces de reincorporarse a la comunidad.
El "soldado maldito" Stanisław Marchewka "Ryba" ("El Pez") fue asesinado en 1957; mientras que el último partisano del AK, Józef Franczak "Lalek", fue asesinado en 1963, casi dos décadas después del fin de la Segunda Guerra Mundial.
Las tropas del NKVD se retiraron a toda prisa, solo para reaparecer en el siguiente pueblo y quemar por completo como represalia, destruyendo más de 730 edificios.
Entre 1944 y 1946, los "soldados malditos" liberaron muchas prisiones comunistas en la Polonia ocupada por los soviéticos.