La Armia Krajowa, principal movimiento de resistencia polaco durante la Segunda Guerra Mundial, sabía que la ayuda de la Unión Soviética era clave para lograr con éxito la misión; no obstante, si el Ejército Rojo capturaba Varsovia antes que los propios polacos, se terminaría instaurando un gobierno socialista en Polonia.
La Operación Tempestad comenzó en Volinia, región que hasta 1939 perteneció a la Segunda República Polaca.
Finalmente, el 15 de enero, dos destacamentos militares provenientes de Kowel y Włodzimierz Wołyński se unen a los soviéticos y se enfrentan contra los alemanes en Kapitulka, aunque los alemanes repelen el ataque y obligan a que la división huya por el río Bug hasta Lublin, en la región de Pequeña Polonia.
Al igual que los miembros de la Operación Ostra Brama, las autoridades soviéticas hicieron prisioneros a los soldados y civiles polacos, entre ellos el coronel y principal responsable del levantamiento de Lwów, Władysław Filipkowski.
[5] La Operación Tempestad en Polesia tuvo lugar en los últimos días de la ocupación alemana en esta región.
Las demás unidades de la Armia Krajowa también se movilizaron; el distrito de Cracovia estaba preparando un levantamiento, similar a los sucedidos en Vilna, Lwów y Varsovia, pero fue cancelada debido a varias razones.
La Armia Krajowa contaba con cuatro unidades en la ciudad, alcanzando unos 7000 soldados que lucharon en más de doscientas batallas y escaramuzas.
Los pocos supervivientes lograron cruzar la línea del frente, que en ese momento estaba a lo largo del río Biebrza, y poner rumbo hacia Łomża, lugar en el que se encontraba el 33.º Regimiento de Infantería.
Los soldados polacos atacaron a las fuerzas alemanas que se retiraban al este tras la llegada masiva del Ejército Rojo.
La AK atacó numerosos ferrocarriles alemanes y convoyes que circulaban a las proximidades del distrito de Lublin.
La Armia Krajowa creó aquí la 2.ª, 7.ª y 28.ª División de Infantería, entre otras unidades.
[9] Durante la noche del 31 de julio, los polacos comandados por el capitán Michał Mandziara lograron hacer frente a un fuerte contraataque alemán, prologándose una larga batalla durante toda la noche entre las fuerzas alemanas y las fuerzas polacas y rusas.
Sin embargo, los líderes del AK decidieron suspender la operación, ya que era demasiado arriesgado al carecer de armas pesadas y tanques para enfrentarse a las copiosas fuerzas enemigas concentradas alrededor de Varsovia.
Los principales dirigentes y responsables fueron internados en prisiones o llevados a trabajar en gulags.