Su madre fue Ana Pohlhammer; su padre, Juan Livingstone, fue uno de los pioneros del fútbol en Chile e incluso fue el primero en traer una pelota de fútbol al país, y jugó por Santiago National.
[5] Inició formalmente su carrera futbolística a los quince años, cuando ingresó al Club Unión Española, donde prácticamente no jugó.
Abandonó la actividad e ingresó a la Pontificia Universidad Católica de Chile para estudiar Derecho.
Durante su primera etapa en las filas de Católica se destacó como un magnífico guardameta y se ganó su inclusión entre los mejores arqueros sudamericanos del momento.
En 1943, Racing Club se hizo con sus servicios tras pagar 280 000 pesos (24 000 dólares), todo un récord para la época, especialmente teniendo presente su condición de guardameta.
Finalmente se retiró a fines de aquella época en Católica, donde ha sido recordado como ídolo y uno de los mejores jugadores que hayan pasado por la institución.
En una ocasión, para la eliminatoria al mundial, fue tan notoria su actuación que los delanteros rivales de la selección de Paraguay, en un reconocimiento después del partido, lo sacaron en andas del estadio.
Tuvo una carrera llena de éxitos, pero nunca perdió la humildad.
En diciembre de 2013 basándose en el extenso archivo personal del propio exarquero, el periodista Francisco Sagredo publica un libro-homenaje titulado: Sergio Livingstone.