Roberto Rojas

Su madre María Saavedra se desempeñaba como lavandera, mientras que su padre se desempeñaba como cuidador de dicho lugar, donde Rojas pasó gran parte de su infancia y juventud practicando atajadas a remates ejecutados por sus amigos del barrio.

Al año siguiente, ya disuelto Aviación, fue nuevamente rechazado por el equipo laico, cuyo entrenador Fernando Riera señaló tener el puesto cubierto con Jaime Tejeda, el arquero del futuro.

Tras el regreso de los seleccionados nacionales para el segundo semestre, Rojas perdería el puesto ante Osbén, recuperándolo tras una lesión del titular.

[7]​ Ya consolidado como capitán y emblema del equipo albo, en 1986 arriba Arturo Salah a la banca alba.

Tras un horrible comienzo en la Copa Polla LAN Chile 1986,[8]​ en el torneo oficial se lograron coronar como campeones tras derrotar en un partido de definición ante Palestino.

Luego de su suspensión, tras pasar premuras económicas y años de desempleo, en 1993 el entrenador Telê Santana lo invitó a trabajar como formador de arqueros en el São Paulo[12]​ y destacó Rogério Ceni, el portero más goleador en la historia del fútbol con 131 tantos, al incitarlo a practicar penaltis y tiros libres para que desarrollase su juego con los pies.

[14]​ En 2003, se desempeñó como director técnico del club paulista, llegando a las semifinales de la Copa Sudamericana.

Las muestras fueron enviadas a España, salió el positivo y por eso me perdí los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984».

Rojas se inyectó un anabólico para evitar el dolor de una fractura generada tras un choque con Hugo Rubio en un partido entre Colo-Colo vs Cobreloa.

[19]​[20]​ Con vistas a las eliminatorias para Italia 1990, nuevamente negoció los premios de los seleccionados nacionales, esta vez con el presidente Sergio Stoppel.

Tras una tensa conversación, Rojas fue reemplazado en las negociaciones por Óscar Wirth, quien lanzó un ultimatúm al dirigente, exigiendo 20 millones de pesos.

La FIFA, además, dejó a la selección nacional descalificada del Mundial de Estados Unidos 94.

Tras su confesión, Rojas vivió años difíciles en Chile, donde se le hizo un juicio social y tuvo dificultades para encontrar trabajo, ante lo cual terminó emigrando a Brasil para ejercer como preparador de arqueros del São Paulo, gracias a Telê Santana.