Es en ese siglo XVII cuando toma una forma parecida a la que ha llegado hasta nuestros días salvo alguna modificación.
Durante dichos días salen varias procesiones que recorren las calles de la localidad.
[4] El monumento que se instala en la capilla que la Virgen de la Soledad tiene en el Templo parroquial de Santa María, constituyendo por sí solo un singular ejemplo de arquitectura efímera barroca española del siglo XVII[5] que recientemente ha sido restaurado.
Por entonces todos los pasos eran pintados en estandartes, salvo el cristo de la cuna que ya existía y que en aquella época era articulado para poder escenificar el descendimiento de la cruz.
En esta fecha se produce una auténtica renovación del Vía Crucis produciéndose una serie de acontecimientos relevantes: Se aumenta el número de cornetas y tambores y se incorporan los actuales soldados romanos a la celebración.