Sebastián Caboto

Siendo muy joven, en 1497, Sebastián Gaboto pudo haber viajado hasta Terranova con su padre, Juan Caboto, cuando este estuvo radicado en Brístol y efectuó un viaje bajo bandera inglesa hasta la costa oriental de Norteamérica.

En ese viaje, Caboto llamó la atención de los negociadores españoles y luego del propio rey Fernando II de Aragón, que le ofreció un nombramiento como capitán que Caboto aceptó.

[1]​ En 1517, muerto el monarca español, regresó a Inglaterra, donde trató infructuosamente de obtener del almirantazgo financiación para una nueva expedición al Océano Atlántico.

Ofreció secretamente sus servicios a la República de Venecia para organizar una expedición en búsqueda del paso noroeste hacia China.

Las negociaciones entre España y Portugal sobre a cuál de las dos potencias pertenecían esas islas habían fracasado en 1524 pero ello no fue obstáculo para que el emperador Carlos enviase nuevas expediciones allí.

[3]​ En ese momento con una ruta planeada hacia las Molucas, fondea en Pernambuco donde se detienen varios días, entablando Caboto largas y secretas conversaciones con los jefes de la factoría portuguesa allí instalada.

En 1528 viajando por el río Paraguay, llegó hasta la altura del río Pilcomayo, por lo que es considerado el primero que navegó sus aguas y por ello se lo conoce como descubridor del Paraguay por agua, cuatro años después de su descubrimiento por tierra por Alejo García en 1524.

Después de un año fue perdonado por el rey Carlos I y volvió a Sevilla, permaneciendo como piloto mayor hasta 1547.

[1]​ En 1547 fue llamado a Inglaterra por John Dudley, que había sido lord almirante (lord admiral) del rey Enrique VIII, y a partir de 1549 se convirtió en regente del joven rey Eduardo VI.

Ese año Caboto recibió la concesión de una pensión vitalicia y fue nombrado gran piloto del reino.

La llegada de Caboto se esperaba que serviría para formar a una nueva generación de pilotos que permitieran a Inglaterra ampliar sus horizontes náuticos y competir con las potencias ibéricas.

La compañía centró su quehacer en la búsqueda de una ruta marítima hacia Rusia y Asia por el noreste.

En ese mismo viaje participaba asimismo Richard Chancellor, que se había extraviado en el mar Báltico y a bordo del buque Edward Bonaventure encontró la entrada del mar Blanco y consiguió echar anclas en el puerto de Arcángel.

Bajorrelieve de Sebastián Gaboto en el Parque Anchorena , Uruguay.