Francisco del Puerto

Solo Francisco del Puerto quedó con vida, quizás por su juventud ya que el canibalismo ritual imponía comer solo a los guerreros, dejando vivos a niños y mujeres.

El joven grumete fue bien tratado por los indígenas, incorporado a la parcialidad local y vivió con ellos más de diez años.

[3]​ En 1527, arribó al lugar la expedición española del veneciano Sebastián Caboto, y Francisco se unió a ellos y les contó acerca de las fabulosas riquezas de plata que podían encontrarse en una lejana serranía, ubicada aguas arriba del Paraná.

Según las crónicas, continuó su tarea como lenguaraz hasta llegar a la región del Pilcomayo donde colaboró con los indígenas en un ataque por sorpresa contra los españoles.

[5]​ Dean Funes relata que Caboto remontó el Paraná hasta los rápidos de Yacireta.