En 1528 Francisco César y un grupo de compañeros realizaron una expedición al interior de la actual Argentina, siendo la primera vez que los europeos se internaron en la región central del país.
César y sus compañeros originaron la leyenda de la mítica Ciudad de los Césares al relatar que habían visto una ciudad en la que abundaba el oro y la plata.
[3] En este relato del capítulo IV,[4] Díaz de Guzmán dice que Caboto despachó caminando a César y 4 compañeros desde Sancti Spiritus entre el mediodía y Occidente para descubrir una entrada al Perú, debiendo retornar a los 4 meses.
Siendo ese el único lugar en donde pudieron hallar indígenas que trabajaran los metales, los comechingones o quizás los diaguitas.
En el interrogatorio Nicolás de Nápoles respondió que César retornó con siete ó seis comapañeros.
Valdivieso respondió que César retornó al fuerte con obra de siete personas.
Sobre el resto de los expedicionarios nada se encuentra en ninguna fuente, lo que ha dado a creer a algunos escritores que llegaron hasta el Perú.
Díaz de Guzmán dice que César retornó a Sancti Spiritus y lo encontró destruido.