En su territorio destaca el parque natural del Alto Tajo, de gran interés ecológico.
A mediados del siglo XIX se comenzaron a abrir las primeras minas de caolín en la zona, lo que provocó un cambió en los usos económicos de la zona, tradicionalmente madereros y ganaderos trashumantes, y la población aumentó considerablemente.
Solamente los más turísticos ganan algo de población, sobre todo desde la declaración del Alto Tajo como parque natural.
Los veranos son suaves y en promedio la máxima diaria solo rebasa la barrera de los 30 °C 40 días al año.
En la zona se encuentran ríos como el río Gallo, el Bullones (afluente del anterior), el Cabrillas, el Tajuña, el Arandilla, el Salado, el Ablanquejo, el Hoz Seca y el Tajuelo.
Esta zona es de gran interés tanto a nivel nacional como regional por su biodiversidad y su belleza paisajística.