La rotura prematura de membranas puede suceder tanto en un embarazo a término (edad gestacional ≥ a 37 semanas) o en uno pretérmino (edad gestacional < 37 semanas), caso último donde se denomina como rotura prematura de membranas pretérmino.
[3] La rotura prematura de membranas suele ser causada por una infección bacteriana, por el tabaquismo o por un defecto en la estructura del saco amniótico, el útero o cérvix y también por las relaciones sexuales y la presencia de dispositivos intrauterinos (DIU).
Cuando esto ocurre, es necesario que la madre reciba tratamiento para evitar una posible infección en el recién nacido.
[5] Adicionalmente, las células deciduales, especialmente si hay bacterias, sintetizan prostaglandinas E2 y F2-alfa,[1] que estimulan las contracciones uterinas, por lo que una combinación de corioamnitis e infección bacteriana son factores altamente predisponentes a una RPM.
Si no se ha instalado una corioamnionitis, la pronta terapia con antibióticos puede retrasar el parto, lo que le da al feto tiempo crucial para terminar de madurar.
[13] Cuando la RPM ocurre demasiado pronto, los recién nacidos que sobreviven pueden desarrollar secuelas como la compresión del cordón, oligohidramnios, enterocolitis necrotizante, deterioro neurológico, hemorragia intraventricular, y síndrome de dificultad respiratoria neonatal.