Son pocos los datos históricos sobre Rosa Araneda, algunos los cuales se revelan a través de sus versos.
La pobre mujer se agita mientras su hijo va gritando y a todo el mundo atajando Alcanzó popularidad en su tiempo por su trabajo literario que recreaban la vida del pueblo chileno, así como practicaba la crítica social.
Muchas cosas contaría Pero no se me creería Casada, se separó de su marido y vivió hasta su muerte con el poeta Daniel Meneses, este autor compuso los versos y, como forma de mejorar las ventas los puso bajo su nombre.
Tanto R. Larrañaga como H. Cordero criticaron y desafiaron a Meneses por su actitud de no dar la cara.
M. Dannemann en "Poetas populares en la sociedad chilena del siglo XIX" (p. 27 y ss.) hizo público el informe que envió Jorge Octavio Atria a R. Lenz: "El nombre de Rosa Araneda, que llevan como autor sus primeros folletos, como las intituladas Poesías Populares, libros I, II, III, IV y V (1893-1895), era el de una mujer con quien convivió.
Era la lengua del común”[4] La pelea entre la Plutocracia generó divisiones respecto a si usar los fondos para la plutocracia chilena liderados por Balmaceda o seguir servilmente al imperio de turno, como ha sido la costumbre de la oligarquía chilena.
«Por último, prometieron los vencedores de Iquique, subir a treinta penique el cambio, y no cumplieron» «Al fin Montt siendo patriota La consolidación del gobierno de Jorge Montt hizo que Rosa Araneda terminara por añorar al derrocado presidente Balmaceda:
«Al fin los opositores nos están matando a pausa porque sin hallarnos causa nos urgen estos señores.
Lo que no es poco ni se tiene en cuenta su condición de mujer y la sociedad santiaguina del siglo XIX.
El auditorio implícitamente convocado por casi todas las décimas era colectivo: gañanes, obreros y recién llegados del campo a la ciudad.
Daniel Meneses parece haber sido quien suscitó el mayor recelo entre sus pares y recibió los ataques personales más violentos, ya sea debido a su cojera, su relación con Rosa Araneda o las provocaciones que lanzaba a los demás.
Con descaro i villanía Se entrega a los amadores; Disfrutando de las flores, Dijo el mismo San Antonio, Que es igual al demonio En Rosa Araneda se articula un discurso social a partir de diversos ejes.
La mayoría de estos poetas no solo publicaron pliegos, también difundieron sus composiciones en folletos y en cantidad muy considerable.
Mientras tanto, el bandolerismo "que hacía de las suyas", según expresión de Rosa Araneda,[20] se alzaba como preocupación preponderante en lugares como Olmué, Casablanca, San Felipe y el valle del Aconcagua en general.
El domingo que pasó 5 al despuntar los albores, de un improviso, señores, esta desgracia ocurrió.
Del modo que principió daré yo la explicación, con tristísima emoción lectores míos les cuento, sucedió el drama sangriento en la ciudad de la Unión.
Llegó el marido celoso a la casa y los pilló; durmiendo los encontró con un sueño delicioso.
En la cama los halló, haciendo no sé qué cosa; luego la mujer mañosa malamente lo trató.
Por último al querido, sin mirar el hombre en nada, lo echó de una puñalada a la mansión del olvido lo dejó tan mal herido que hoy se encuentra muerto ya, ¡Ay, por Diosito, papá!