[3] De acuerdo a Francisco Astaburuaga, los indígenas le llamaban antiguamente Quellaipe.
Este episodio tuvo dimensiones catastróficas, pues produjo grandes lahares calientes y flujos piroclásticos de gran magnitud, incrementados por material colapsado del domo.
Los colonos que ocupaban las tierras cercanas al volcán alcanzaron a abandonar el perímetro, por lo que no hubo víctimas; pero la geografía fue seriamente modificada: se formaron nuevas quebradas y se alteró el curso del río Hueñuhueñu.
A principios de 1917, el volcán entró en una nueva fase eruptiva.
[6][7] Esta erupción fue precedida por un enjambre sísmico ocurrido desde las 15:11 (hora local; UTC –3 ) en donde se contabilizaron alrededor de 140 sismos asociados a la ruptura de material rígido 2 horas previas a la erupción.
Se puede alcanzar la cima con un poco más de experiencia y equipamiento, puesto que se debe escalar una pared de aproximadamente treinta metros.