Romance de la negra rubia

[2]​ La trama sigue la historia de una poeta que se prende fuego a sí misma para evitar ser desalojada de un edificio por la policía, hecho que le trae fama y le permite ayudar a su comunidad y luego iniciar una gira internacional como artista performática.

Gabi logra sobrevivir a las quemaduras y se convierte en una heroína popular, por lo que en un principio es usada como símbolo por sectores políticos y luego aprende a usar su poder mediático para obtener beneficios para su comunidad.

[1]​[3]​ Gabi pronto inicia una gira internacional como artista performática en la que su piel desfigurada es la principal estrella.

Una vez que termina su mandato, decide retirarse para llevar una vida tranquila en la ciudad de Tigre,[3]​ desde donde escribe la presente historia y vive en una relación poliamorosa con dos hombres europeos.

«¿Llama la herencia del mártir al martirio de los otros?», se cuestiona la autora respecto a este punto.

[6]​ La novela también señala que estos sacrificios fundantes han servido para normalizar aspectos perniciosos de las sociedades actuales.

Cuando Gabi pasa a ser considerada como santa, ella misma es elevada por sus seguidores y pasa a vivir en el piso más alto de un edificio del que rara vez baja y desde el que puede hablar como igual con los poderosos.

[4]​ La escena en que ambas se conocen es además narrada en términos telenovelescos, con referencias exageradas a «atardeceres», «poema rosa» y la expectativa construida por «capítulos y capítulos» para lo que finalmente sería un «intercambio de fluidos».

Este carácter melodramático se acentúa cuando Elena le revela que pronto moriría a causa de su enfermedad.

Ante la exagerada reacción de Gabi, es la propia Elena quien la reprende:[4]​ La idea romántica del alma gemela es parodiada hasta límites extremos a causa de la enfermedad de Elena, quien le ofrece darle su rostro a Gabi para que se lo trasplante una vez que haya muerto y así estar siempre juntas.

En varios pasajes, Elena es descrita por Gabi con apelativos masculinos o militares, entre ellos «tigre», «Napoleona» y «tanque ultraliviano».

[6]​ Así mismo, la autora vuelve a comparar la dominación mediante el poder con el rol activo en la relación sexual por medio de Gabi, quien afirma «Me cogí a medio país» y caracteriza su poder como una «tremenda envergadura envidia de mucho macho».

La escritora Nora Domínguez, en una reseña publicada en el diario argentino Clarín, se refirió de forma positiva a la novela, que calificó de «apuesta barroca, fundamentalmente irónica», y destacó su exploración del poder político y la resistencia social.

El sacrificio de Ifigenia , pintura al óleo de Johann Michael Rottmayr
Cabezón Cámara realiza una parodia de rasgos del amor romántico de historias como « La Cenicienta » [ 4 ]