[2]: 101 Inicialmente estaba proyectada la construcción en esta parte de un pequeño recinto circunvalado, destinado a atrio o claustro, que se iba a extender un poco más allá de la cabecera; este espacio recibía el nombre del santo patrón de la seo, San Martín, y en él fueron sepultados numerosos prebendados, varios de los cuales contaban con monumentos o sarcófagos, albergando el resto simples lápidas con inscripciones.
[2]: 102 [nota 2] Cinco de las siete capillas de la girola fueron levantadas siguiendo un mismo diseño, motivo por el que arquitectónicamente son idénticas y tan solo se diferencian en la decoración; las otras dos, ubicadas en los extremos y dedicadas respectivamente a San José (antes a la Anunciación)[nota 3] y a San Antonio,[nota 4] constituyen realmente arcosolios, motivo por el que son diferentes de las cinco capillas restantes además de poseer unas dimensiones mucho menores.
Las hornacinas de las calles laterales, de forma rectangular, lucen sobre ellas frontones partidos clásicos rematados por un óvalo dorado en bajo relieve, mientras que a un lado se halla un pilar idéntico a los que flanquean la hornacina central, coronada esta por un voluminoso frontón curvo.
Esta imagen, ataviada con una túnica roja y una capa azul, ambas con estampación dorada, luce corona, un cirio en la mano derecha y al Niño Jesús en la mano izquierda, apoyándose en una peana decorada con las cabezas de tres serafines (destaca el hecho de que esta es la única imagen dedicada a la Virgen de las Candelas en toda la ciudad junto con la talla venerada en la Iglesia de San Pedro).
A ambos lados de la hornacina central se encuentran dos tallas anónimas fechadas en el primer cuarto del siglo xviii realizadas también en madera policromada, siendo la de la izquierda San Ramón Nonato, caracterizado por portar una custodia y una palma circundada por tres coronas, y la de la derecha San Rafael, la cual se apoya en un bastón de peregrino del que cuelga una diminuta calabaza a modo de cantimplora, si bien carece del pez que debería llevar en su mano izquierda,[1]: 49 pese a lo cual responde a la iconografía de pescador, guardando similitudes con la talla homónima presente en el retablo mayor del Monasterio de San Martín Pinario ya que en ambas el arcángel es representado joven, imberbe, vestido con túnica larga, calzado con sandalias, alado y señalando al cielo.
En 1993, José Hervella Vázquez, Ramón Yzquierdo Perrín y Miguel Ángel González García,[3]: 122 al igual que ya hicieran José Carlos Fernández Otero, José González Paz y el propio González García en 1983,[5]: 195 identificaron la imagen titular como la Virgen del Rosario puesto que en aquel entonces la talla portaba un rosario en vez del cirio que sujeta en la actualidad; este hecho llevó a los autores al reconocimiento en el retablo de un programa iconográfico de corte contrarreformista consistente en que quienes creen en la muerte de Cristo (Calvario) lograrán salud material y espiritual así como un firme y seguro caminar a lo largo de su vida gracias a la intercesión de la salvadora del mundo (Virgen del Rosario) y de los santos protectores (San Ramón Nonato, patrono de las embarazadas y parturientas, y San Rafael, santo protector de los viajeros).