Las reliquias asociadas con Jesús son reliquias cristianas que, según antiguas tradiciones, se han ido recopilando a lo largo de la historia del cristianismo y son objeto de veneración.
[5] La tradición y la leyenda atribuyen su descubrimiento a Santa Elena, madre de Constantino el Grande, quien fue a Tierra Santa durante el siglo IV en busca de reliquias.
Pero Eusebio no mencionó la Vera Cruz, aunque muestra la piedad de Elena e informe sobre el sitio del Santo Sepulcro.
Estas iglesias honran a Elena como santa, al igual que la Comunión Anglicana.
En la mayoría de los casos, estas imágenes están sujetas a un intenso debate y especulación.
[9] La validez de las pruebas científicas para la autenticidad del Sudario está en disputa.
La datación por radiocarbono en 1988 sugiere que la mortaja se hizo durante la Edad Media.
[18] El Sudarium está sucio y arrugado, con manchas oscuras que están dispuestas simétricamente pero no forman una imagen como en el Sudario de Turín.
Giulio Ricci,[19] sostienen que ambas telas cubrían al mismo hombre.
La imagen original fue llevada en la capilla de Nuestra Señora del Faro, en el palacio real, donde se custodiaban las reliquias más importantes.
Algunos años más tarde, en el 968, el emperador Nicéforo II consiguió llevarse a casa también el keramion y las copias, que eran presumiblemente del siglo VII.
[28] La imagen fue vista por algunos peregrinos como Gervasio de Tilbury, en su obra Otia imperialia, en el capítulo dedicado a la Verónica, como la famosa y verdadera reliquia de la Verónica: “Est et alia dominici vultus effigies, in tabula eque impressa, in oratorio Sancti Laurentii in Palatio Lateranensi, quam sancte memorie nostri temporis papa Alexander Tertius multiplici panno serico operuit, eo quod attentius intuentibustremorem cum mortis periculo inferret”[29] Incluso algunos han llegado a señalar la similitud entre el nombre de Verónica y Uronica,[28] Otros testimonios ya diferencia el Uronica y la verónica como dos imágenes sagradas distintas como el testimonio de Giraldo di Barri [Gerardo de Gales o Giraldus Cambrensis], Speculum Ecclesiæ (1220): "de duabus igitur iconiis Salvatoris, Uronica scilicet et Veronica, quarum una apud Lateranum, altera vero apud Sanctum Petrum inter reliquias pretiosiores habetur... Quam cum papa quidam, ut fertur, inspicere præsumpsisset, statim lumen oculorum amisit, et deinde cooperta fuit auro et ar-gento tota præter genu dextrum, a quo oleum indesinenter emanat.