Refundación de la Izquierda

La Refundación de la Izquierda fue un proceso de convergencia política y social impulsado por Izquierda Unida (IU) a finales de los años 2000, por el que pretendía constituirse junto a otras fuerzas políticas en un "Movimiento Político y Social, con carácter federal", para aglutinar a toda la izquierda alternativa y transformadora en torno a una propuesta política anticapitalista.

[4]​ Un mes más tarde detalló su propuesta para crear un movimiento político y social que fuese más allá de la forma clásica de partido, un proceso que no se redujera a simples relevos en la dirección, sino desbordando el marco de Izquierda Unida abriendo el debate a amplios sectores sociales, votantes de IU y "abstencionistas", así como a todos los "movimientos sociales emancipatorios".

[5]​ En junio de 2004 el Partido Comunista de las Islas Baleares (PCIB) apostó por la refundación de Izquierda Unida tanto en las Islas Baleares como en el resto del Estado, considerando que debía haber un referente unitario frente al sistema capitalista, que recogiese valores marxistas, ecologistas, federales, republicanos y feministas, que dieron origen a la coalición.

A su juicio, el debate debería abrirse en la siguiente asamblea federal de IU.

[12]​ Finalmente, la propuesta de refundación que recibió más apoyos en la Asamblea Federal de IU, fue la propuesta del PCE titulada "Por una Izquierda Unida anticapitalista, republicana, federal y alternativa, organizada como movimiento político y social".

[13]​ Este documento había conseguido un notable apoyo por parte de las bases.

Con el rediseño, todos los miembros de la cúpula se encuentran en pie de igualdad, por lo que tras Cayo Lara habría 22 secretarías, sin más jerarquías, lo que significó "horizontalizar" la organización.

[17]​ No es un proceso en el que simplemente la dirección negocia "por arriba" la incorporación de otras fuerzas políticas sino que se incentiva el trabajo las federaciones, las asambleas de base e incluso a nivel individual.

Tampoco se busca la mera relación burocrática entre IU y otras organizaciones.

Son espacios en los que se debate el Nuevo Programa Político de la organización, pero también son grupos productivos que promueven actividad y campañas políticas.

Debido a las distancias geográficas, buena parte de la comunicación tiene lugar por correo electrónico.

Esquerra XXI defendía la ruptura con IU a nivel federal y la reafirmación de la coalición Bloc per Mallorca, que formaba parte del gobierno insular.

[30]​ Fruto de este acuerdo, Los Verdes-Grupo Verde consiguió un concejal en Alcorcón.

Sin embargo, aunque Gira Madrid-Los Verdes también denunció incumplimientos por parte de IU-CM, no abandonó la colación.

Estos colectivos, que no descartan otras uniones, llevaban tiempo realizando trabajo y movilizaciones conjuntas que se potenciaron con el inicio del proceso de Refundación de la Izquierda.

La nueva formación se opone al modelo económico de Tenerife que consideran depredador del territorio, especulador con el suelo y tremendamente injusto en cuanto a su forma de recaudar los ingresos.

Aquel acto contó con las intervenciones de determinadas organizaciones como pueden ser la Frente Popular Galega (FPG), la Central Unitaria de Traballadores/as (CUT), CCOO, STEG, Marcha Mundial das Mulleres, Sinerxia y otras personas a título individual.

El 14 de julio de 2012 se constituyó en Santiago de Compostela Anova-Irmandade Nacionalista (formación en la cual participan Encontro Irmandiño, Frente Popular Galega y Movemento pola Base),[51]​ en la que se anunció que se trabajaría para incorporar a Esquerda Unida (EU) al proyecto.

[52]​ Por su parte, desde EU se llamó a construir una "Syriza galega", un frente de fuerzas anticapitalistas gallegas, anunciando que habría reuniones con Anova, FPG y Ecosocialistas da Galiza.

[56]​ Igualmente anunció su intención de sumarse a la propuesta la coalición Equo.

[57]​ Finalmente, la coalición se registró con el nombre de Alternativa Galega,[58]​ dejando abierta la puerta a la incorporación de otras formaciones que suscribiesen el programa soberanista y anticapitalista.

Según ambas organizaciones, los presupuestos generales de Euskadi para ese año, así como con la nueva reforma fiscal, apuestan por menos ingresos y menos gasto público, medidas con las que consideran no se va a reactivar la economía vasca ni se va a crear empleo.

Ambas formaciones manifestaron que el acuerdo está integrado por diferentes sensibilidades e identidades plurales, unidos por los valores de la izquierda.

Se reivindicó la necesidad de un nuevo proceso constituyente impulsado por el pueblo, ante lo que consideran "la pérdida de soberanía nacional y popular" en España y otros países en la Unión Europea.

Tras el debate, se publicaron una serie de conclusiones, que podrían resumirse en: