Propithecus candidus

Tiene una estructura social variable, y vive en pequeños grupos de dos a nueve individuos.

Es un criador estacional y solo se aparea un día al año a principios de la temporada lluviosa.

Como sucede con otras especies de sifaca, es habitual en ellos el cuidado infantil no maternal; es habitual que miembros del grupo de todas las edades y ambos sexos se encarguen de acicalar y jugar con las crías, y en ocasiones cargar o incluso amamantar a crías que no son las propias.

El sifaca sedoso vocaliza con frecuencia a pesar de su moderadamente reducido repertorio vocal, que consiste en siete llamadas adultas.

Los machos también hacen señales o surcos en los árboles con su peine dental antes de dejar su marca de olor con el pecho; esta marca hace que los machos tengan el pecho tiznado de marrón, único rasgo perceptible a simple vista que puede utilizarse para distinguir entre machos y hembras adultas.

Llamó a la especie Propithecus candidus por su color blanco, que comparó con el del sifaca de Verreaux (Propithecus verreauxi), pero sin la piel oscura de su cabeza ni el punto ceniciento en la espalda.

[9]​ El primer espécimen se consiguió en 1872, proporcionado por «Monsieur Guinet», un hacendado de Sambava.

[12]​[13]​ En su libro de 1982 Primates of Madagascar, el antropólogo Ian Tattersall apoyaba esta clasificación.

[14]​ Cuando el antropólogo Colin Groves revisó la taxonomía en su libro Primate Taxonomy en 2001, también sostuvo el estatus de subespecie del sifaca sedoso porque las variaciones en la coloración de la piel entre los especímenes disponibles sugerían semejanzas convergentes con la coloración del sifaca diademado.

Este hecho pudo comprobarse mediante pruebas genéticas —secuenciación bucle D— y comparando sus proporciones externas —por ejemplo, el sifaca sedoso tiene una cola más corta—.

[13]​[16]​ Su análisis indicó una relación más cercana con el sifaca de Perrier (Propithecus perrieri).

[2]​ Aunque Groves mantuvo al sifaca sedoso como una subespecie en la 3ª edición de Mammal Species of the World en 2005,[3]​ lo reconoció como una especie distinta en 2007 aceptando el trabajo de Mayor et al.

Describiéndolo como tal ocho años más tarde en The Primates of Madagascar, no solo hablaba de su piel más blanca, sino también de sus rasgos inusitados, como un parche naranja en la corona y orejas con penachos.

No se observó de nuevo hasta 1986, cuando un equipo dirigido por el paleoantropólogo Elwyn Simons capturó especímenes para su cría en cautividad y la identificó como una nueva especie, Propithecus tattersalli, en 1988.

[20]​ Se desconoce su grado de sensibilidad ante la perturbación en su ambiente o si evita lindes bióticos —«edge-intolerant», en inglés— o es más tolerante con estos bordes de hábitat como el sifaca diademado.

[2]​[20]​[33]​[34]​ Como sugiere su nombre común, su largo y blanco pelaje tiene una textura sedosa.

No todos los individuos son completamente blancos: algunos tienen tintes gris-plata o negro en la coronilla, espalda y extremidades.

[2]​ La búsqueda diaria de alimento por lo general comienza al amanecer a menos que se vea retrasada por la lluvia.

El movimiento del grupo está dirigido generalmente por las hembras, y los grupos por lo general se desplazan unos 700 m por día, y pueden ascender 500 m a lo largo de desniveles verticales.

[34]​ Aunque es una especie fundamentalmente arborícola y pasa la mayor parte del tiempo en los árboles, el juego terrestre es bastante común, incluso entre adultos,[37]​ con sesiones de juego que duran treinta minutos o más.

[39]​ Las agresiones, generalmente infrecuentes, se dan principalmente durante la alimentación, momento en que las hembras tienen prioridad sobre los machos,[37]​ aunque las señales de sumisión no siempre sean obvias.

[2]​ Como todos los lémures, el sifaca sedoso es un criador estacional, y se cree que se aparea solo un día al año a principios de la temporada lluviosa en algún momento entre diciembre y enero.

[42]​ Aunque no se tiene conocimiento de ningún depredador aéreo, los sifacas sedosos miran a menudo hacia el cielo y emiten un bramido de «peligro aéreo» cuando ven al gran busardo malgache (Buteo brachypterus) y a otras aves más pequeñas.

[20]​ Otra llamada de alarma más general es un estridente «zzuss», parecida a un estornudo, emitida en respuesta a perturbaciones terrestres, llamadas de miembros del grupo perdidos o agresión por otros miembros del grupo.

[48]​ Aunque cuenta con un limitado repertorio vocal, el sifaca sedoso realiza hasta siete llamadas en una hora por término medio.

[43]​ Al igual que los demás prosimios, esta especie cuenta con un sentido del olfato muy desarrollado, y la comunicación basada en el olor es muy importante para ellos.

Sus dos principales áreas protegidas, el Parque Nacional de Masoala y el Parque Nacional de Marojejy, han sido las que han recibido un mayor impacto.

Tanto los profesores como los estudiantes mostraron interés y una genuina preocupación por la grave situación de este sifaca.

Grabado en color del sifaca sedoso en L'Histoire politique, physique et naturelle de Madagascar (1892), de Alfred Grandidier .
En esta especie es habitual el cuidado infantil no maternal, pero una madre que transporte a más que a su propio hijo es raro.
Su único predador documentado es el fosa .
Los sifacas sedosos ocasionalmente ingieren tierra — geofagia —, posiblemente como complemento o ayuda a la digestión.
Aunque son animales fundamentalmente arborícolas, el juego terrestre es bastante común, incluso entre adultos.
El sifaca sedoso es uno de los mamíferos más raros del mundo.
Los sifacas sedosos y otros lémures son cazados en su área de distribución.