Las organizaciones de defensa del espacio pueden brindar asesoramiento al gobierno y presionar para conseguir objetivos espaciales.
[1] El Presidente es legalmente responsable de decidir qué actividades espaciales corresponden a las áreas civiles y militares.
Una vez que presentada una solicitud, el Congreso sigue el protocolo necesario para aprobar la normativa y autorizar el gasto presupuestario para su implementación.
Tradicionalmente, las actividades espaciales civiles han sido implementadas exclusivamente por la NASA, pero la nación está en un proceso de transición a un modelo en el que las empresas privadas implementan más actividades bajo el asesoramiento y el soporte de la NASA.
Además, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica del Departamento de Comercio opera varios servicios con componentes espaciales, como el programa Landsat.
Como partidario de su gobierno en minoría, trató de evitar una carrera espacial cuyo sostenimiento llevaría a utilizar un gran presupuesto, se llevó una gran sorpresa con el anuncio del lanzamiento soviético del Sputnik, intentando minimizarlo.
[12] La Army Ballistic Missile Agency (ABMA) propuso programas espaciales como el Explorer, pero Eisenhower, tratando de evitar darle al programa espacial estadounidense la imagen militarista que tenían del programa soviético, rechazó el Explorer a favor del Proyecto Vanguard, tras numerosos fallos del proyecto, se vio obligado a dar el visto bueno al lanzamiento propuesto por el Ejército.
En el mismo año 1958, Eisenhower pidió al Congreso que creara una agencia para el control civil de las actividades espaciales no militares.
La NASA, creada tras la aprobación por el Congreso, fue sustancialmente más fuerte que la propuesta original de la administración Eisenhower.
UU., Man In Space Soonest, de la Fuerza Aérea, conocido como Programa Mercury.
En ese momento, la administración estadounidense pensaba que la Unión Soviética podría hacer aterrizar a un hombre en la Luna para 1967, y el presidente Kennedy vio un alunizaje estadounidense como algo crítico para el prestigio y el estado global de la nación.
[19] Durante la presidencia de Gerald Ford la política espacial tuvo poco impulso.
[11] Durante la presidencia de Jimmy Carter, Estados Unidos también se mantuvo bastante inactivo en lo referente al espacio: Carter había afirmado que no era «factible ni necesario» comprometerse con un programa espacial al estilo Apolo, y su política espacial solo incluyó objetivos limitados de corto alcance.
[11] Con respecto a la política espacial militar, Carter declaró, sin mucha especificación en versión no clasificada, que «Estados Unidos llevará a cabo actividades en el espacio en apoyo de su derecho de legítima defensa».
[23] Su política espacial, al igual que la de Carter y Reagan, iba en su misma línea al declarar que «los Estados Unidos llevarán a cabo las actividades espaciales necesarias para la seguridad nacional».
[24] La política del presidente Clinton también dijo que los Estados Unidos desarrollarían «capacidades de control espacial para garantizar la libertad de acción en el espacio» solo cuando tales pasos fueran «compatibles con las obligaciones del tratado».
La administración Bush aceptó los acuerdos internacionales, pero declaró que «rechaza cualquier limitación del derecho fundamental de los Estados Unidos a operar y adquirir datos desde el espacio»[29] y que «Estados Unidos se opondrá al desarrollo de nuevas leyes, regímenes u otras restricciones que busquen prohibir o limitar el acceso o uso del espacio por parte de los Estados Unidos».
UU. y garantizar que la nación se situase en "un camino fuerte y sostenible para lograr sus aspiraciones más audaces en el espacio", donde abarcaba opciones de vuelo espacial después de que la NASA se plantease retirar el transbordador espacial.
Ninguno de los tres planes descritos en el informe final del Comité[33] fueron seleccionados en su totalidad.
Esta gestión organizará de manera más efectiva los trámites del gobierno, la industria privada y el trabajo internacional para devolver a humanos a la Luna, y sentará las bases que eventualmente permitirán la exploración humana de Marte.
El Presidente declaró: «La directiva que estoy firmando hoy volverá a centrar el programa espacial de Estados Unidos en la exploración y el descubrimiento humano.
Esta vez, no solo plantaremos nuestra bandera y dejaremos nuestras huellas, estableceremos una base para una eventual misión a Marte, y quizás algún día, a muchos mundos más allá».
[35] «Bajo el liderazgo del presidente Trump, Estados Unidos liderará una vez más en el espacio en todos los frentes», dijo el vicepresidente Pence.
La firma de esta nueva directiva es otra promesa mantenida por el presidente Trump.» Entre otros dignatarios presentes durante la firma, figuraron los astronautas de la NASA el senador Harrison "Jack" Schmitt, Buzz Aldrin, Peggy Whitson y Christina Koch.