Dichas amenazas a la seguridad, se afirma, son, prioritariamente: el terrorismo internacional, la inmigración ilegal, el narcotráfico, la delincuencia organizada, la violación de las comunicaciones, entre otras.
Esta nueva estrategia de seguridad combina aspectos policiales, militares y de seguridad en todos los ámbitos de la vida nacional, tanto del espacio público como del ámbito privado, creando diversas agencias dedicadas a ejercer una estrecha vigilancia en aeropuertos, transportes, comunicaciones, transacciones financieras e internet, entre otros.
A nivel internacional implica la colaboración de los gobiernos aliados (por ejemplo, entre la UE y EE.
También algunas organizaciones de ámbito internacional han propuesto modelos alternativos a la Homeland Security.
Sin embargo, su postura como organización supranacional no llega más allá de un simple apunte, pues los propios gobiernos que la forman se han sumado también a las políticas de Homeland Security en sus respectivas legislaciones.