Pedro Casciaro Parodi
El abuelo de Pedro, Peter Casciaro, era un empresario inglés, -nacido en Londres-.Había construido la línea de ferrocarril que unía Medina del Campo y Salamanca.Pero, como quería quedarse en el Levante, en cuanto pudo conmutó dicha plaza por la de Albacete, donde llegó a ser vicedirector y director del Instituto de enseñanza media entre 1935 y 1939.También creó e instaló el Museo Provincial de Albacete, a través del cual impulsó diversas excavaciones arqueológicas en Hellín.[5] La llegada de la Segunda República provocó en Albacete, como en tantas otras pequeñas poblaciones españolas, una polarización política entre derecha e izquierda.Hasta que se publicó un artículo en un diario local con el título "Laicismo, pero no para mi casa", en el que se atacaba su presencia en celebraciones religiosas.Comenzaron a actuar los tribunales populares[6] Pedro fue puesto en libertad y nombrado Presidente del Frente Popular en la Provincia, y poco después, Presidente de la Junta de Defensa del Patrimonio Artístico.[7] Durante la guerra civil, Casciaro Parodi salvó la vida de varios sacerdotes y religiosos como aparece atentiguado en su Expediente de Depuración, que se le abrió al regresar del exilio.Desde ese puerto mediterráneo embarcó junto con otros exiliados, en un barco que les llevó a Orán, que en aquella época formaba parte de la Argelia francesa.