Estos pelos son muy duros y frágiles en la punta, por lo que es suficiente el roce para provocar su rotura.
Posee un tallo rojizo o amarillento, erguido, cuadrangular, ramificado y ahuecado en los entrenudos.
Las flores son verde amarillentas con estambres amarillos, reunidas en panículas pendulares, asilares y terminales.
[2] La ortiga mayor es cosmopolita, crece en regiones altas, y va desde el Japón hasta los Andes.
En la península ibérica es muy abundante, en la cordillera cantábrica, aunque se puede encontrar por todo el país.
La ortiga es una especie cuyas hojas eran ya citadas en los tratados medievales como remedio en los estados asociados a un déficil en la diuresis.
Por otra parte, los más recientes ensayos clínicos realizados con extractos normalizados de ortiga indican un efecto positivo sobre los síntomas urinarios asociados a la HBP.
A ello se añade la gran tolerancia hacia los preparados elaborados con las partes subterráneas, ya que en ensayos a seis meses sólo un 0,7 por ciento de los pacientes mostró efectos secundarios, de escasa gravedad en todos los casos.
En Argentina su uso en productos alimenticios está avalado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica.
También en España se ha empleado tradicionalmente para la elaboración de tortillas, tras escaldar las hojas para eliminar el efecto urticante, así como en otros platos.
[cita requerida] Nutricionalmente es de gran importancia por su riqueza en sales minerales y vitaminas.
• Como remedio diurético debe ser evitado por personas con problemas de hipertensión arterial, cardiopatías o insuficiencia renal, salvo por descripción y bajo control médico.
[7] Esta planta es conocida también en Colombia, Cuba, Guatemala, México, Panamá, República Dominicana y en Venezuela con el nombre de «pringamosa» o «pringamoza» (ambas grafías son válidas).