Una orden de canónigos regulares (u Ordo Canonicorum Regularium en latín) es una orden religiosa católica formada por canónigos (es decir, sacerdotes) de una comunidad (una canonjía, una catedral, etc.) que observan la vida en común, según una regla, y la combinan con el oficio clerical y la vida apostólica.
Su origen está en los capítulos catedralicios, donde los canónigos formaron comunidades viviendo juntos.
Tampoco son clérigos regulares, ya que al contrario de estos, los canónigos regulares están vinculados a un lugar y una comunidad determinada y rezan la liturgia de las horas en comunidad.
La segunda solo incluía la regla y no era tan rigurosa y dio lugar a ordo antiquus, que habían seguido los canónigos lateranenses o los de San Mauricio.
Los canónigos del ordo antiquus vivían en una austeridad moderada, mientras que los del ordo novus promovían una severidad mayor siguiendo al modelo cisterciense: abstinencia perpetua, ayuno continuado, etc.
Después de diversos intentos de otros papas, Inocencio II impuso en 1137 que se abandonara el ordo novus y se adoptara por todas partes la regla menos rígida.
Los canónigos regulares son, hoy, orden religiosa católica con menos miembros.
Las que hay tienen una naturaleza a medio camino entre las comunidades monásticas y las sociedades de vida apostólica e incluyen no solo sacerdotes, sino también laicos coadjutores.