Aparece en la década de los 70, cuando muchos expertos literarios comienzan a denominarla y establecer sus características: como Tomás Oguiza, René Jara, Fernando Alegría o Ariel Dorfman.
La novela testimonio sigue, al igual que el discurso testimonial (aunque no necesariamente siempre), la estrategia de entrevista a personas reales, para obtener así datos verificados.
Esa interpretación por parte del autor lleva a considerar este género bajo la fórmula ficción + historia, con la denominación Norteamericana “Faction”, literature of facts o Nonfiction novel.
El género puede mostrarse como una ficción, pues los hechos ocurrieron y el lector lo sabe, o por la imposibilidad de mostrarse como algo verídico de los hechos porque lo real no es describible “tal cual es”, sin embargo lo específico del género está en el modo en que resuelve la intersección entre lo ficcional y lo real.
El encuentro de lo ficcional y lo real no da como resultado una mezcla, sino una nueva construcción en donde desaparecen los límites entre los distintos géneros".