[2] La obra obtuvo aclamación crítica al ser publicada y se difundió en varios países del mundo.Esto hizo que Barnet sea considerado el máximo exponente de la novela testimonial hispanoamericana.Su padre se llamaba Hin Congo y su madre Susana lucumí.Luego Montejo cuenta sobre la vida en los barracones y cómo trabajaba de niño en los ingenios.Similar a la primera parte toca en muchos temas diferentes, por ejemplo: relaciones con mujeres, fiestas y ceremonias de los negros, y se nota la personalidad de Montejo, ya que tiene una opinión fuerte sobre lo que dice.La académica Carmen Ochando Aymerich señala varias obras que influenciaron a Miguel Barnet para crear una obra de novela-testimonio.[2] Además Ochando Aymerich dice que los antropólogos cubanos Fernando Ortiz y Lydia Cabrera ejercieron una gran influencia sobre la obra de Barnet.La más destacada es “la literatura antiesclavista desarrollada a lo largo del siglo XIX cubano”.[4] Barnet explica que el libro Juan Pérez Jolote de Ricardo Pozas fue “muy interesante, muy conmovedor.Había leído mucha literatura alemana, española, rusa, latinoamericana y de pronto digo ¿Cómo es posible que yo con esa inclinación que tengo hacia las grandes novelas este librito me haya conmovido tanto?Después iba con una grabadora checa que pesaba como 25 kilos en el ómnibus al hogar del veterano.Temas destacados son: el trabajo, la comida, la diversión, la descripción del central azucarero, los entierros, las tradiciones, etc.[2] La tercera y última parte describe el involucramiento de Montejo en las guerras de independencia cubanas.Por ejemplo la académica Carmen Ochando Aymerich denomina a la obra de Barnet como un “híbrido textual” ya que el texto combina lo científico y lo literario.[2] Esta “hibridez textual” se debe a lo literario del texto que consiste en una narrativa de origen oral y además tiene motivos científicos.[2] José Ismael Gutiérrez destaca algunas características importantes que pertenecen a Biografía de un cimarrón.[6] Por ejemplo dice que el testimonio es un texto de literatura, historia, sociología, antropología, y política sin decidirse por una disciplina.[6] Gutiérrez destaca que la novela-testimonio es subversiva porque presta atención a la gente “sin historia” o “sin voz” y se basa en versiones personales y subjetivas del pueblo anónimo que son fuentes no oficialistas.[6] Finalmente Gutiérrez problematiza la novela-testimonio porque dice que solo podrá ser considerado un género cuando haya obras suficientemente numerosas de consistencia.[5] En su entrevista con Yanko González, Barnet complica el término: “Con Biografía de un cimarrón hice una edición crítica, un libro que no tenía parangón en la literatura cubana, extraño, híbrido , con prólogo, con notas al pie enjundiosas, con un epílogo , con un glosario.[3] Según Ochando Aymerich en Biografía de un cimarrón hay una clara intención ideológica porque la historia favorece un personaje con sentimiento individualista y un espíritu revolucionario.Por esta razón se implica que Barnet enfatizo los aspectos revolucionarios e independientes de Montejo para no ser censurado.Montejo parece estar preocupado con defender la moralidad de su existencia antisocial durante su relato.[7] Su memoria de hechos del pasado se puede interpretar como una vista que intenta mantener distancia o moderación.