Regresó a la Argentina en 1825 y se unió a la campaña del Brasil como ayudante de estado mayor; luchó en Ituzaingó, Camacuá, Padre Filiberto y Las Cañas.
Combatió en la batalla de Navarro e hizo algunas campañas contra los gauchos del campo, federales casi sin excepción, que se agruparon en montoneras para oponerse a las tropas de Lavalle.
Poco más tarde, se unió como segundo jefe a las fuerzas del coronel alemán Federico Rauch.
Casi todos los oficiales fueron tomados prisioneros, y al menos dos –Rauch y Medina– fueron lanceados por los indígenas, en venganza por el trato inhumano dado por el jefe alemán a los indígenas que habían caído en sus manos.
Era medio hermano del general uruguayo, Anacleto Medina y Biera, un año mayor que el coronel.