Por cuestiones legales, sociales o simplemente humanitarias, a veces es preciso establecer fehacientemente la identidad de una persona fallecida.
Esto es muy importante en algunas legislaciones, ya que si una persona es declarada legalmente muerta pueden iniciarse los trámites sucesorios.
En estos casos se debe anular el endurecimiento y contracción muscular propias del proceso.
Para ello, se debe aplicar calor sobre los músculos afectados, empezando por el hombro y finalizando en los dedos.
El método más efectivo consiste en efectuar movimientos en las articulaciones (hombro, codo y muñeca), hasta que los músculos regresen a su flexibilidad natural.
Luego debe abrirse la mano, ya que los dedos acostumbran estar flexionados sobre la palma, realizando presión sobre la parte posterior de la misma.
A veces es necesario utilizar elementos rígidos, como una cuchara, para hacer palanca y así poder abrir la mano.
[1] Para la identificación exitosa solo basta que una parte idónea de la piel se conserve en buen estado.
Si los gases producto de la descomposición separaron la piel del tejido muscular, se debe desprender totalmente y realizar con ella un guante humano, que el operador colocará sobre su propia mano para entintar o fotografiar.
Si todo lo anterior no es posible, el estudio se debe realizar de visu, utilizando algún instrumento óptico adecuado (lupa o lente).
En este caso la impresión debe ser fotografiada para luego realizarle un negativo, ya que la imagen aparece invertida.
Si los dedos se hayan carbonizados, la única alternativa es la fotografía o el estudio de visu (observación directa).
Si el proceso anterior no dio un resultado completo, se debe sumergir los dedos en agua caliente, casi a punto de ebullición, por unos segundos.
Si la piel está desprendida, se debe retirar por completo y tratar con alcohol o bencina, evitando la acetona.
Para ello existen varios métodos eficaces, tanto rellenando los surcos interpapilares con una sustancia blanca y como realizando un molde de los calcos.
En todo caso, primero se debe limpiar minuciosamente la zona, usando jabón, acetona diluida en alcohol o tíner.
Este proceso continúa hasta que el cuerpo termina pulverizado, siendo imposible el uso de la necropapiloscopía para la identificación.