Parafina

La parafina, identificada por primera vez por Carl Reichenbach en 1830,[1]​ es un derivado del petróleo.

La parafina no es afectada por los reactivos químicos más comunes, pero se quema fácilmente.

[7]​ Para preparar los moldes para fundir piezas de metal y otros materiales, se usan “cubiertas de cera para fundición”, en las cuales la parafina se combina con otros materiales para obtener las propiedades deseadas.

En general no se utiliza para hacer los moldes o modelos originales para fundición, pues es relativamente frágil a temperatura ambiente y no puede ser tallada en frío sin que se produzcan fracturas.

La modificación se realiza generalmente con aditivos, tales como goma EVA, cera microcristalina, o formas de polietileno; así resulta una parafina modificada, con una alta viscosidad, una menor estructura cristalina y propiedades funcionales diferentes.

Se utiliza a menudo en la espectroscopia infrarroja, pues tiene un espectro IR relativamente sencillo, con pocas bandas bien conocidas.

La parafina líquida medicinal se utiliza para ayudar al movimiento de intestino en las personas que sufren el estreñimiento crónico; pasa a través del tubo digestivo sin ser asimilada por el cuerpo, pero limita la cantidad de agua excretada.

También se aplica como una capa sobre la fruta u otros artículos que requieren un aspecto brillante para la venta.

Cera de parafina.