En las elecciones pakistaníes de 1997 dieron a Sharif una amplia victoria, que le permitió formar gobierno por segunda vez.
Dicho segundo mandato se caracterizó por un incremento notable de la tensión entre Pakistán e India, que culminó con los ensayos nucleares pakistaníes de 1998, ordenados por Sharif en respuesta a una acción similar realizada por India.
Esta buena relación entre ambos fue clave para que Ittefaq fuese devuelto a la familia Sharif casi inmediatamente después del golpe, acompañado de una indemnización para compensar los daños causados por la expropiación del negocio que había ordenado Bhutto.
De esta idea nació la Academia Islámica Ittefaq, establecida en la capital del Punyab con el objetivo de ofrecer educación secular y religiosa a nivel primario y secundario.
Después de convertirse Sharif en primer ministro, dicha academia se amplió y su radio de acción fue extendiéndose paulatinamente por diversos departamentos pakistaníes, hasta llegar a la capital, Islamabad.
Actualmente, Sharif sigue siendo el presidente del grupo empresarial Ittefaq, en cuya dirección figuran destacados miembros de su familia y otros empresarios y accionistas que se han unido también al grupo.
Además, Sharif consiguió un apoyo firme de las principales asociaciones patronales del Punyab, que lo vieron capacitado para defender sus intereses ante el Gobierno.
Como amigo y confidente del general golpista, Sharif dio todo su apoyo al cambio de gobierno forzado por el estamento militar, ejerciendo una presión decisiva para que las élites del Punyab aceptaran la Junta Militar que había substituido a Bhutto.
Esta lealtad estrechó aún más su alianza con ul-Haq, que le ofreció en reiteradas ocasiones un puesto público como delegado del Gobierno en Lahore o en el Punyab.
Con el tiempo, el régimen de ul-Haq se fue consolidando a la vez que Ittefaq se ampliaba vastamente, gracias a la modernización emprendida en su seno y al sostén gubernamental que recibía.
De este modo, Sharif consideró que sus responsabilidades en la empresa y en la representación comercial eran compatibles con un cargo político a nivel regional.
Sharif también solicitó un incremento de los fondos para actividades deportivas punyabíes, que le fue concedido por el gobierno central.
Desde este cargo profundizó la reforma agraria ya iniciada anteriormente y redujo considerablemente la deuda punyabí, contribuyendo así a la recuperación económica del Pakistán de la década de 1980 y frecuentando a menudo Islamabad, como asesor del presidente pakistaní.
La situación se hizo más inestable cuando, en enero de 1988, el primer ministro Muhammad Junejo apoyó públicamente la necesidad de una reforma democrática y, en consecuencia, creó una comisión destinada a este efecto, en la que invitó como participante a Benazir Bhutto, la hija del ex primer ministro Zulfikar Ali.
Sin embargo, la contundente acción del presidente no consiguió aplacar las demandas reformistas y el general ul-Haq se vio cada vez más cuestionado por la oposición, por los medios e incluso por algunos líderes regionales.
Paralelamente, ul-Haq se alió con los imanes al reforzar la presencia de la religión islámica en el sistema educativo nacional.
Sharif avaló la voluntad conciliadora de Khan, pero prefirió regresar al Punyab, donde seguía siendo primer ministro regional, en vez de enfrentarse en las urnas a quien parecía la gran favorita: la líder opositora Benazir Bhutto.
Para hacerlo, incrementó el balance de exportaciones, privatizó masivamente las empresas con capital estatal y estimuló la construcción de infraestructuras en el país, encargándolas igualmente a entes privados que a menudo se encontraban abiertos al capital extranjero.
Otras medidadas destacadas para reducir el desempleo fueron la promoción del taxi como transporte público (algo que posibilitaba mucha más ocupación que otros medios como el ferrocarril o los autobuses) y la realización de distintos proyectos a gran escala con una fuerte participación de inversores extranjeros.
[10] También tiene una residencia en Jeddah, Arabia Saudita, conocida como Sharif Villa, donde vivió durante sus años de exilio.
[11]Su hijo mayor, Hussain Nawaz, es un hombre de negocios radicado en Arabia Saudita y reside en Jeddah.
Muchos líderes de la oposición y la comunidad jurídica, incluido el expresidente del Tribunal Supremo Iftikhar Muhammad Chaudhry, plantearon dudas sobre una posible crisis constitucional en Pakistán.