Nacida en San Petersburgo en el seno de una familia noble empobrecida, su madre era institutriz y su padre, oficial del Ejército con inclinaciones políticas radicales.
[1] Más tarde pasó al exilio en Europa occidental y se convirtió en secretaria de la publicación socialista Iskra y luego en la del comité central del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia.
[9] Las autoridades zaristas se disgustaron por las medidas progresistas que aplicó y lo llevaron a juicio en 1874.
[12] Casada con Konstantin Ignatievich tras casi una década de trabajar para distintas familias pudientes, compartía con su marido el rechazo a la autocracia imperial,[5] aunque nunca perteneció a círculos revolucionarios y era una ortodoxa devota.
[17] Entre los catorce y los veinte años, se sintió parcialmente atraída —como una sección considerable de su generación y clase social— por el movimiento tolstoyano, especialmente por su rechazo a la riqueza, pietismo religioso y su ascetismo, que Krúpskaya adoptó, aunque no por el pacifismo, la hostilidad a la tecnología o a la emancipación de la mujer, que Tolstói rechazaba.
[22][4] Por última vez, participó en algunas tareas campesinas con los habitantes del lugar, influenciada aún por las enseñanzas de Tolstói.
[29][32] Entre sus tareas se encontraban las de recabar información sobre las condiciones en las fábricas que luego se pudiese emplear en los volantes del grupo y facilitar el contacto con los trabajadores, a menudo renuentes a tratar con los intelectuales.
[45] El año y medio siguiente estuvo entre los más tranquilos que vivió la pareja, aislada en la pequeña población de mil trescientos habitantes donde reinaba la monotonía.
[49][30] La obrilla acabó publicándose primero en Alemania en 1901, más tarde en Rusia en 1905 y reeditándose en varias ocasiones tras la Revolución de Octubre.
[50] Durante esta época, adoptó las ideas de Lenin en las distintas disputas intestinas surgidas entre las diversas corrientes socialistas.
[51] Lenin trató en vano de que se le permitiese residir en Pskov y en marzo solicitó infructuosamente regresar desde esta localidad a Ufá para acompañarla cuando cayó enferma; las autoridades solo permitieron el viaje en junio, cuando su madre se ofreció a acompañarlo.
[63] Preparó un importante informe sobre la organización clandestina de Iskra en Rusia que Mártov debía haber presentado en nombre de la junta editorial en el II Congreso del POSDR, pero que la disputa entre fracciones dejó inédito hasta 1928.
[64] Si bien en el congreso su papel fue marginal, no sucedió lo mismo en las agrias disputas entre bolcheviques y mencheviques que lo siguieron.
[65] Los mencheviques, conocedores de su control sobre la distribución del periódico y temiendo que la sabotease si la expulsaban del puesto, trataron de hacerse con la información necesaria para dominar la distribución colocándole una ayudante, momento en el que Krúpskaya abandonó el cargo, sin que ello acabase con los altercados por la posesión de la información necesaria para gestionar la distribución del periódico.
[71] Regresó a Rusia en noviembre de 1905, pocos días después que lo hiciese Lenin, cruzando Alemania, Suecia y Finlandia —entonces parte autónoma del Imperio ruso—.
[78] Krúpskaya y Lenin retomaron su odiado exilio en Suiza, más deprimente esta vez por el fracaso de la revolución en Rusia.
[79] Krúpskaya recuperó su puesto como secretaria de Proletarii, cuya distribución afrontaba cada vez más dificultades por la eficiente persecución policial zarista.
[82] Esta permanecía en París, coordinando las tareas del partido y cuidando de su anciana madre.
[106][nota 3] En marzo de 1918, la pareja se trasladó a Moscú, primero a unas habitaciones del hotel Nacional y más tarde a otras del Kremlin —cuatro habitaciones compartidas con Lenin y la hermana de este, María—,[105] donde pasó el resto de su vida —fue el único período en el que contó con una residencia estable—.
[113] Propugnaba el establecimiento de sóviets educativos locales, separados de los sóviets habituales, que debían controlar las escuelas locales y que estarían formados por grupos interesados en la educación, como los profesores o los sindicatos.
[121] En 1920 su actitud ya había cambiado: a la preferencia original por la autonomía local en educación le sucedió el convencimiento de la necesidad de un control centralizado y al rechazo a la censura literaria, tres decretos promulgados entre ese año y 1924 purgando[122] las bibliotecas soviéticas.
[123] La preocupación por la eficiencia de la administración central educativa sustituyó al hincapié inicial en la autonomía local.
[115] Krúpskaya se mantuvo al frente del organismo hasta su desaparición en 1930, pero este nunca recuperó su anterior importancia y este revés puso fin a su carrera dentro de los puestos más importantes de la burocracia soviética.
[4] La educación primaria obligatoria en la URSS, implantada en 1925, redujo notablemente el número de analfabetos.
[127] Abogó además por facilitar la educación autodidacta y extender la secundaria, para lo que se fundaron nuevos centros nocturnos.
[131] Los médicos recomendaron reposo total, pero Lenin deseaba continuar con la actividad política; Krúpskaya mantuvo una actitud vacilante entre los deseos de su marido de evitar su aislamiento político forzoso y los consejos médicos que lo recomendaban.
[136] Insegura sobre la actitud que Lenin hubiese adoptado en la política nacional, acabó por secundar a Stalin, no por cercanía a este, sino como aparente representante del partido, que Krúpskaya consideraba esencial para el mantenimiento del ideario político de Lenin.
[152] Formalmente, Krúpskaya apoyó al régimen de Stalin y mantuvo una actividad pública intensa hasta su muerte en 1939.
[156] En asuntos familiares, adoptó en general un enfoque conservador, defendiendo la familia tradicional y las medidas oficiales contra el aborto o la facilidad de divorcio, que creía habían sido medidas de emergencia promulgadas durante la década anterior que debían ser eliminadas.
[165] Esa misma noche, sin embargo, comenzó a sentirse indispuesta y fue rápidamente trasladada al hospital del Kremlin, donde perdió el conocimiento.