La finca Gorki perteneció a diversos nobles moscovitas del siglo XVIII, acabando en posesión del gobernador general de Moscú, Anatoli Reinbot, en 1905, durante la revolución rusa de 1905.
Contrató al arquitecto ruso más de moda, Fiódor Schechtel, para que remodelara su mansión al estilo neoclásico y también completándola con un pórtico de seis columnas jónicas.
En el museo se encuentran artefactos como su último testamento, transcrito por Nadezhda Krúpskaya.
También se encuentra su apartamento y su oficina del Kremlin construida como un edificio separado.
En 1958 se construyó un monumento en su memoria llamado La Muerte del Líder.