El congreso se celebró con gran tensión ante la posibilidad de que el Gobierno provisional ruso presidido ya por Aleksandr Kérenski lo disolviese por la fuerza.
[1] Poco antes había fracasado el intento de derrocar al Gobierno provisional y transferir el poder a los sóviets (consejos).
[1] Muchos de los principales dirigentes del partido, como Lenin, Trotski o Lev Kámenev, no pudieron asistir.
[1] Confirmó además las mociones aprobadas durante la anterior conferencia de abril del partido.
[1] El tercer día del congreso, el Gobierno promulgó un decreto que permitía disolver cualquier asamblea que hiciese peligrar la seguridad del Estado o las actividades militares del país y, en consecuencia, el congreso se trasladó al distrito de Narva; a partir de entonces se reunió en los salones de una asociación obrera cercana al Comité Interdistrito.