Es un edificio multifuncional,[2] por lo que alberga diversos escenarios y espacios artísticos como el Museo del Palacio de Bellas Artes y el Museo Nacional de Arquitectura.El espacio comprendido entre las calles La Mariscala, Puente de San Francisco, Santa Isabel y Mirador de la Alameda (hoy llamadas avenida Hidalgo, avenida Juárez, Eje Central Lázaro Cárdenas y Ángela Peralta, respectivamente) contaba con parte de la estructura del convento, convertida en parte en distintos espacios.[4] Boari solicitó una licencia para viajar a los Estados Unidos y a Europa, en donde obtendría más información sobre otros teatros del mundo y en tanto Garita continuó con los cálculos respectivos.[2] Boari estaría en desacuerdo con trabajar con Garita y este lo acusaría de invadir su competencia profesional, por lo que abandonó el proyecto.Las autoridades, finalmente, desecharon el trabajo de Garita y se apegarían al proyecto del italiano.[2] Tales sistemas constructivos fueron comunes en los edificios modernizadores de la época con una estructuración en acero,[7] el mismo estudio Milliken Brothers trabajaría con Boari en la construcción del futuro Recinto Legislativo (hoy Monumento a la Revolución).[8] Dentro de su edificación se utilizaron procesos constructivos y decorativos tanto tradicionales como los considerados innovadores en su época.[2] En 1910, año en que fue colocado el tímpano principal de la fachada del recinto.En 1906 Boari viajó nuevamente a Europa a seleccionar los artistas y obras de los elementos decorativos del edificio, hecho que solicitó al gobierno hacerlo directamente, sin licitación de por medio.Las herrerías exteriores fueron diseñadas por Alexandro Mazucotelli, artista de Milán, y Luis Romero Soto, artista mexicano; las esculturas del programa escultórico de la fachada corrieron a cargo del escultor Leonardo Bistolfi, asentado en Turín, sitio en donde conoció en una exposición internacional al escultor húngaro Géza Maróti, quien se encargó del conjunto escultórico de la cúpula, el plafón de vidrios emplomados y bastidores de hierro donde se muestra a Apolo y las nueve musas en el monte Olimpo en la Sala Principal[9] y un mosaico sobre el arco del proscenio con 27 figuras sobre el teatro.[6] Debido a problemas técnicos de hundimiento del suelo, problemas económicos, la salida de Boari del país y la Revolución mexicana, la construcción se suspendió y se reanudó varias veces durante treinta años, en vez de terminarse en los cuatro años originalmente programados.[2] Cuando México recuperó la estabilidad en términos económicos y sociales, la obra se reanudó en 1931 bajo el mando del arquitecto Federico Mariscal; para entonces tomó el nombre de Palacio de Bellas Artes.Fue develada una placa con la siguiente inscripción:"Siendo presidente de la República el C. general Abelardo L. Rodríguez, inauguróse el 29 de septiembre de 1934 este Palacio de Bellas Artes, cuya fabricación inicióse bajo el gobierno del general Porfirio Díaz con el proyecto del arquitecto Adamo Boari, terminándose por iniciativa del ingeniero Alberto J. Pani y la ejecución del arquitecto Federico Mariscal.Aunque se inauguró aquella noche con una gran función de gala, ya antes se habían realizado conciertos en el edificio aún no concluido.El hundimiento del suelo comenzó a manifestarse en 1907 y para 1921 ya se había hundido más de 1.80 metros.En ella se ofrecen actividades literarias, musicales, operísticas y exposiciones, entre otras.En ella se realizan actividades como presentaciones editoriales, exposiciones y conferencias.Se ubica bajo el vestíbulo de la sala principal, del lado poniente.[15] En su inicio, el Museo se instaló en un salón de la Universidad Nacional y Pontificia.Seis años después, el museo se dividió oficialmente en tres ramas: antigüedades, historia natural, jardín botánico, y productos de la industria.Algunos de los principales arquitectos presentados en el museo incluyen a Jaime Ortiz Monasterio, Carlos Mijares Bracho, Adamo Boari y Luis Barragán.Su escenario ha presentado una gran cantidad de producciones, personalidades y compañías de los más diversos ámbitos: María Tereza Montoya, Zubin Mehta, Luciano Pavarotti, Plácido Domingo, Teresa Berganza, Birgit Nilsson, Marilyn Horne, Alexander Kipnis, Mstislav Rostropóvic, Rudolf Nuréyev, Juan Gabriel, entre otros.Callas cantó en este escenario las dos únicas funciones de Rigoletto que dio en su vida.[21] El Palacio de Bellas Artes también ha sido un escenario para la solemnidad y el homenaje para el duelo en funerales de personalidades de las artes y la cultura, que por su trayectoria y contribución a las distintas disciplinas han sido distinguidos con dicho acto.Tal intervención, destruyó una gran parte de la unidad estilística en art déco que caracterizaba al recinto.El piso de la platea, constituido por una amplia superficie con un declive hasta el foso de orquesta para propiciar la acústica fue cambiado por escalones que con sus ángulos destruyen la acústica.Muchos elementos decorativos art déco en las puertas y los balcones desaparecieron, se retiraron o simplemente ya no son identificables.Los periódicos denunciaron que Teresa Vicencio contrató una compañía privada para restaurar el vitral "Apolo y las musas".Los restauradores profesionales comprobaron que la obra maestra de Tiffany fue dañada.De los palcos penden cables que en cualquier momento pueden provocar incendios.Se construyeron seis grandes luminarias del techo que representan un peligro mayor en caso de un siniestro.
Tímpano de la fachada del palacio.
Vista interior de la cúpula.
Representación art decó del dios
Chaac
en un panel de luz.