[3] En el Códice Mendocino aparece Calimaya con un jeroglífico representado por dos signos calli en línea horizontal.
Este ideográfico, según Manuel Orozco y Berra, da a entender: "en donde las casas están alineadas".
[4] A partir del año 2009 en Calimaya se disparó la construcción de conjuntos urbanos, en los cuales se observa el fenómeno de Población en Movimiento, que en su mayoría conserva su dirección anterior pero habita en esos conjuntos urbanos.
En la zona boscosa a faldas del volcán, existían animales como el gato montés, los venados y águilas.
Además ahí se encuentra el Zoológico de Zacango, con diversas especies en cautiverio.
A su vez realiza visitas guiadas, campamentos para niños y recorridos nocturnos para conocer el comportamiento de los animales por las noches.
Su explotación aunque se racionaliza por dependencias estatales con apoyo del municipio, no es posible vigilarla rigurosamente.
El resto se destina a otros usos de los que destaca la explotación minera.
Se tienen 24 delegados y 20 subdelegados, son elegidos por votación, duran en su cargo tres años.
Por eso el virrey ordenó, también en 1560, que para salvaguardar las tierras de Calimaya y Tepemaxalco se fundaran cinco pueblos: Mexicaltzingo, Chapultepec, San Antonio la Isla, Santa María Nativitas y San Andrés Ocotlán.
Las fiestas del santo tenían un gran valor cultural, de allí el esmero porque fueran cada vez más lucidas.
El germen de la comunidad mestiza que hoy es Calimaya había empezado a dar fruto en aquellos años y este es el hecho más relevante en la historia de Calimaya entre 1821 y 1856.
Al convertirse Toluca en la capital del Estado de México, hubo un incremento paulatino en la demanda interna de productos y en consecuencia, un aumento en la producción agrícola aledaña con una intensificación paralela a la actividad comercial en la región.
Ese día, el pueblo fue visitado por personajes como Eduardo Villada, gobernador interino y el hijo del poeta Juan de Dios Peza, quien leyó un discurso, en nombre de su padre a la hora del banquete que se sirvió en la antigua casa cural.
La construcción se concedió a la compañía Henkel con el derecho de teléfono y telégrafo.
Esto, aunado a los problemas que el ferrocarril a Tenango trajo al comercio calimayense, hicieron que las desigualdades sociales del pueblo empezaran a expresarse en un tono notorio de violencia; sin embargo, al iniciar 1910, nadie parecía sospechar en Calimaya que en el mes de noviembre el país empezaría la guerra civil.
Según relata en su diario don Manuel de la Serna: En síntesis, aunque el calimayense no tuvo una participación importante en el movimiento revolucionario, Calimaya al igual que los poblados mexicanos, tuvo años de verdadera angustia, propiciados por la guerra civil que sacudió al país.
El problema más terrible que vivió Calimaya al despuntar la década siguiente, fue que su efímero desarrollo comercial se truncó por los adelantos de la tecnología, especialmente la generación del uso del automóvil y la construcción de nuevas carreteras.
Los arrieros dejaron de existir y la distancia que había de la nueva carretera a la cabecera municipal ocasionó que nadie más visitara Calimaya, ni siquiera para tomar un refresco o deleitarse con el paisaje.
San Francisco Putla también recibió terrenos del Veladero, pero se le negó la restitución de bienes comunales porque no tenían títulos antiguos.
Los famosos condes de Santiago Calimaya, no nacieron ni vivieron en Calimaya, pero hicieron conocida la localidad porque fueron los nobles más encumbrados de la Nueva España y su nombre se oía en todos lados.
Oriundo del municipio, líder comunista mexicano, diputado federal y autor de varias obras, entre las que destaca un libro sobre Tlatelolco.
Winstino García realizó por vez primera una operación de corazón a pecho abierto en 1937.
Los franciscanos inician en 1561 la construcción del convento, uno de los más grandes que se construyeron en la zona.
La capilla de San Bartolito, en el pueblo del mismo nombre, cuya portada es rica en ornamentación.
En Semana Santa el respeto y la excelente preparación de las procesiones hacen sentir como si Calimaya fuera un barrio sevillano, debido a la fuerte influencia española en las prácticas religiosas.
El día de los Santos Patronos, en todos los hogares del pueblo se prepara el tradicional mole y en casa de los mayordomos, se sirven barbacoa y abundantes bebidas alcohólicas.
La música de mariachi es una joven tradición que despertó en Calimaya desde la década del setenta.
Hoy, los mariachis se han multiplicado y son alrededor de 18 los que hay en la cabecera, más tres o cuatro en las delegaciones.
Y este precio lo vale porque la calidad en sus interpretaciones ha mejorado, si antes aprendían líricamente hoy van al Conservatorio o Bellas Artes.