Morella (cuento)

Sus sentimientos hacia ella habían sido siempre extraños e indefinibles, el narrador sabe que nunca sintió amor por Morella.

Como resultado de sus prácticas y lecturas, Morella logró la inmortalidad de su alma, pero su forma física había empezado a deteriorarse cada vez más, por lo tanto pasa su tiempo en su cama hablando con su marido y enseñándole las artes oscuras que había aprendido.

Nunca le había puesto un nombre, por el simple hecho de que no sabía cuál ponerle.

Cuando la chica va a cumplir diez años, él decide bautizarla para eliminar cualquier demonio que tuviera en su interior.

La historia llega a su fin cuando la segunda Morella es depositada en el mismo sepulcro que la anterior, y el narrador se da cuenta de que los huesos de su esposa difunta ya no estaban allí.