Monarquía electiva

En la actualidad Samoa, la Soberana Orden de Malta, la Ciudad del Vaticano, los Emiratos Árabes Unidos, Camboya y Malasia son las únicas monarquías electivas reinantes vigentes.

Ésta compartía varias características con las polis griegas, como el hecho de que el pueblo virtualmente elegía al emperador; a pesar de la enorme distancia y los periodos históricos que los dividieron.

La elección se dividía en 3 etapas: la primera era cuando los macehuales (campesinos), comerciantes y artesanos de un calpulli (barrio de Tenochtitlan) elegían a su representante; en la segunda etapa, los representantes de cada calpulli se reunían en el Gran Consejo, donde se escogían a los 4 Grandes Señores; en la tercera y última etapa los Grandes Señores discutían durante bastante tiempo quien debería ser elegido Gran Tlatoani (parecido al Cónclave), según fueran -principalmente- sus logros militares y sus conocimientos.

Los primeros reyes de Asturias fueron electivos, pero ya para comienzos del siglo XI la institución se había asentado como hereditaria: fue posible incluso el troceamiento y reparto de reinos como herencia entre los hijos de Sancho III el Mayor, que había unificado casi todos los territorios cristianos peninsulares (la adecuación o no del hecho al derecho navarro tradicional es cuestionada por los historiadores, pero efectivamente se produjo en la práctica).

Más adelante fueron posible incluso la sucesión femenina (no se aplicaba la ley sálica) o las regencias por minoría de edad.

Gradualmente la situación evolucionó y este privilegio fue garantizado a todos los miembros de la szlachta (nobleza polaca).

Los carolingios consiguieron hilar una dinastía en el siglo IX, pero el Sacro Imperio permaneció como una institución electiva, en que se fueron sucediendo diversas dinastías a lo largo de la Edad Media y la Edad Moderna (Otónidas, Hohenstaufen, Habsburgo), sin que fuera descartable la irrupción de la candidatura un candidato externo (Alfonso X el Sabio, Francisco I de Francia, que no obstante no consiguieron la elección).

En Francia, los capetos consiguieron mantener la sucesión masculina ininterrumpida hasta la crisis que suscitó la Guerra de los Cien Años, en un momento en que los pretendientes a la corona no invocaban un mejor derecho por carisma o dotes personales, sino un mejor derecho dinástico.

Esta consistía en que el rey asociaba al reinado a una persona -normalmente, pero no necesariamente el hijo mayor- en sus últimos años, de un modo similar a lo que habían hecho los emperadores romanos.

Incluso, para garantizar la elección del candidato deseado convocaba en vida a la asamblea -para entonces no compuesta por todos los hombres libres, sino solo por los potentados más importantes, equiparados a la nobilitas (nobleza) romana del Bajo Imperio, con la que ya se habían fusionado mediante enlaces matrimoniales las familias germanas más importantes-.

De esta manera, comenzando con Esteban Báthory en 1571 y terminando con Francisco Rákóczi II en 1711, en esta región del antiguo reino húngaro la nobleza húngara practicó la monarquía electiva durante todas estas décadas, manteniendo una situación cordial de semi-vasallaje con el Imperio Otomano, y teniendo como objetivo el recuperar la región húngara bajo el control de los emperadores germánicos.

Los cardenales, elegidos a su vez por el Papa, siguen siendo titulares de una parroquia en Roma.

El Yang di-Pertuan Agong, a veces traducido como "rey de Malasia" en fuentes occidentales, es electo cada cinco años entre los nueve monarcas locales malayos y ejerce funciones decorativas como jefe de Estado.

Elección polaca de 1573 por Jan Matejko