Mikel Lejarza

Probablemente asumió una identidad falsa mientras continuaba al servicio de la inteligencia española.

Estas ejecuciones, las últimas del régimen franquista, provocaron una campaña de protestas en numerosas capitales europeas.

Destapada la fuente de información, ETA puso precio a la cabeza de Mikel Lejarza y empapeló las calles con su fotografía bajo el lema «Se busca».

En estas entrevistas suele aparecer un hombre con el rostro oculto que los entrevistadores presentan como «Lobo».

[3]​ Según el libro de Fernando Rueda (2019), desde 1975 ha estado persiguiendo a etarras durante catorce años en España y otros países como México y también ha participado en operaciones contra el terrorismo islámico y el narcotráfico; según Rueda, incluso se infiltró en grupos de comunicación e investigó a personas como Mario Conde cuando era director de Banesto para que no se quedara con grupos televisivos como Antena 3 o el grupo Godó.