Dicha posición le brindó una consideración social que se vio apuntalada cuando en 1942 fue elegido presidente de la Agrupación de San Juan Evangelista, la hermandad pasionaria adscrita a la Cofradía marraja mediante la cual Miguel Hernández participaba en las procesiones de la Semana Santa local.
[16] En marzo de 1960, Hernández Gómez presentó su dimisión y fue reemplazado como alcalde accidental por Antonio Galvache Cerón, hasta que en junio el gobernador civil Antonio Luis Soler Bans proclamó a Federico Trillo-Figueroa y Vázquez.
[11] Entre sus intervenciones más destacadas en este sector de la administración estuvieron las emprendidas en el año 1953, que involucraron la puesta en marcha del Mercado de Santa Florentina, inaugurado en julio junto al capitán general Luis de Vierna y Belando;[17] y del Taller-Escuela de Formación Profesional Almirante Bastarreche, que había impulsado durante su paso por la CONS.
Con todo, serían sus sucesores quienes acelerasen y finalmente culminasen el proyecto en 1974.
Así, en 1949 se otorgó al almirante Salvador Moreno Fernández la dignidad de Hijo Adoptivo de Cartagena, y se erigieron bustos del militar José López-Pinto Berizo y del marino e inventor Isaac Peral en 1950 y 1951, respectivamente.
[11] Paralelamente a estas atenciones dispensadas a militares y falangistas, y en sintonía con la ideología nacionalcatólica del Estado, Miguel Hernández cultivó una fecunda relación con la Iglesia católica.