Metropolitanato de Tiro
Tiro fue una antigua sede metropolitana en la época romana y bizantina que data de tiempos apostólicos.Pablo encontró allí una comunidad de discípulos y pasó una semana conversando con ellos.Frente al crecimiento del cristianismo en el siglo III, las autoridades romanas apoyaron el paganismo y alentaron la práctica de los antiguos cultos de Tiro, especialmente el culto a Melqart.Según el antiguo obispo e historiador Eusebio, el erudito cristiano Orígenes murió en Tiro alrededor de 253 debido a heridas por tortura.En 304 se informó que unos 500 cristianos fueron perseguidos, torturados y asesinados en Tiro.[3] Casi al mismo tiempo, un fuerte terremoto golpeó la ciudad una vez más, causando muerte y destrucción.En 315, solo dos años después del Edicto de Milán sobre el trato benévolo a los cristianos, la catedral fue inaugurada por el obispo Eusebio, quien registró su discurso y, por lo tanto, un relato detallado del sitio en sus escritos.El primero, en 335, fue convocado por el emperador Constantino I y tenía por objetivo deponer a Atanasio de Alejandría.En el transcurso del siglo VI, comenzando en 502, una serie de terremotos destrozaron la ciudad y la dejaron disminuida, principalmente en 551.La ciudad permaneció bajo control bizantino hasta que fue capturada por el sasánida Cosroes II en el cambio del siglo VI al VII, y luego se recuperó brevemente.En 636 los árabes musulmanes del Califato ortodoxo expulsaron a los bizantinos de Siria y comenzaron a introducir el islam y la lengua árabe que desplazó al griego.El patriarca Pedro III de Antioquía intentó arbitrar entre ambas partes y no se definió por el cisma, lo mismo que su breve sucesor Juan IV, pero hacia 1058 el patriarca Teodosio III se consideró en cisma con la Iglesia de Roma sin una declaración formal, lo que fue seguido por el metropolitano de Tiro.[9] Michel Le Quien en Oriens christianus (1740)[10] y Robert Devreesse en Le patriarcat d’Antioche depuis la paix de l’Église jusqu’à la conquête arabe (1945)[11] mencionan las mismas diócesis, excepto Sarepta.No fue sin embargo mencionada por Hierocles en el Synecdemus (siglo VI) ni por Jorge de Chipre en Descriptio orbis Romani (600-610), por lo que Honigmann opinó que quizás era una "comópolis" (villa o ciudadela) como lo era Porfirión.El metropolitano ortodoxo debió refugiarse en Constantinopla, siguiendo en el exilio y luego como sede titular.La sede quedó vacante hasta que probablemente en el siglo XIV fue restablecida como arquidiócesis metropolitana titular, teniendo arzobispos desde al menos 1384.