Severo posteriormente estudió filosofía y derecho en la famosa escuela de Berytus, el actual Beirut.
Se bautizó el año 488 en la Iglesia del mártir Leoncio de Trípoli (Líbano).
121), y condenó a Pedro Mongus, el Patriarca de Alejandría que era no calcedónico, por aceptarlo.
Para huir del castigo por esta violencia, huyó a Constantinopla, apoyado por doscientos monjes no calcedónicos.
Ese mismo año Severo fue enviado con entusiasmo por Anastasio para ocupar el patriarcado vacante de Antioquía (Labbe, iv.
En estos él anatemizaba al concilio de Calcedonia y a todos los que mantuvieran las dos naturalezas.
Cartas sinodales fueron intercambiadas entre John Niciota y Severus, los cuales son los ejemplos más tempranos de comunicación entre la sede Ortodoxa oriental de Alejandría y Antioquía que ha continuado hasta e presente día.
Su posesión del patriarcado de Antioquía no sobrevivió a su patrono imperial.
A Anastasi le sucedió en 518 Justino I, quien abrazó las creencias del Concilio de Calcedonia.
[7] En su lugar fue ordenado Pablo I. Severo y sus doctrinas fueron anatematizados en varios concilios, mientras en Alejandría fue bien recibido por el patriarca Timotheos III y sus otros compañeros de doctrina, siendo generalmente saludado como el campeón de la fe ortodoxa contra las corrupciones del Nestorianismo.
El emperador estaba cansado de la confusión causada por las discusiones teológicas prolongadas; Severo, está dicho, era el maestro del partido no calcedónico, y solo a través de su influencia podría ser recuperada la unidad.
Él era un no-calcedoniano, quien más tarde se unió sinceramente con Severo y sus asociados, Pedro de Apamea y Zoaras, en sus esfuerzos para conseguir que el no calcedonianismo fuera reconocido como la fe imperial.
Finalmente, a instancia del papa Agapito I, que aconteció estar presente en Constantinopla por cuestiones políticas, los no calcedónicos Anthimus y Timotheus fueron depuestos.
El patriarca Menas, que sucedió a Anthimus, convocó un sínodo en mayo y junio del año 536 para tratar la cuestión calcedónica.
Los escritos de Severo fueron proscritos; cualquiera que poseyéndolos no los quemara se arriesgaba a perder su mano derecha (Evagr.
Severo regresó a Egipto, y parece que allí residió hasta morir.
Sus obras pueden dividirse en:[13] Severo tuvo éxito en su objetivo principal de unir a los no calcedónicos en un cuerpo compacto con un credo definitivamente formulado.