El título archimandrita (del griego antiguo ἀρχιμανδρίτης), usado principalmente en la Iglesia ortodoxa y las Iglesias orientales católicas, aludía originalmente a un abad superior al que un obispo designaba para supervisar varios abades «ordinarios» (higúmenos) y monasterios, o al abad de algún monasterio especialmente grande e importante.
Cuando la supervisión de los monasterios pasó a otro oficial episcopal (el Gran Sacelario o sacristán), el título se convirtió en puramente honorario, sin relación con ningún monasterio real, otorgándose a clérigos como señal de respeto o gratitud por sus servicios (este honor solo se concede a aquellos sacerdotes que han tomado el voto del celibato —«monásticos»—, mientras los clérigos casados pueden recibir en su lugar el título de arcipreste).
La Iglesia ortodoxa rusa adquirió el título de «archimandrita» en su significado honorario.
Los deberes de un higúmeno (abad de un monasterio de tercera clase) y un archimandrita no difieren, pero durante los servicios religiosos el higúmeno viste un simple manto, mientras los archimandritas visten un manto decorado con textos sagrados y una mitra, y llevan un báculo pastoral (pateritsa).
La Iglesia ortodoxa rusa suele elegir a sus obispos de entre quienes son archimandritas.