Según Pausanias fue consagrado a la Madre de los dioses (θεῶν μήτηρ).
[4] Wilhelm Dörpfeld identificó el enclave con la gruta citada por Píndaro [5] que quedó enterrada bajo un terraplén a comienzos del siglo IV a. C. Para sustituir el primitivo adoratorio se erigió a mediados del siglo IV a. C. un templo a Rea, Cibeles o Magna Mater, encarnación o personificación de los antiguos cultos de importación cretense y símbolo de una concepción de la fertilidad o potencia generatriz de la gen divina.
[6] Durante la época romana, el Metroo sufrió un cambio sustancial arquitectónico y ritual.
Las metopas de sus frisos fueron cambiadas y al edificio se le dio interiormente una capa uniforme que borró sus particularidades originarias.
Según Joseph Wiesner se le representó con un rayo en su mano derecha intentando sustituir así con este Zeus imperial al tradicional Zeus Olímpico de Fidias.