Medicina en Ecuador

Detalla tanto la evolución del conocimiento médico tradicional como también el estudio de la etnomedicina en el siglo XX.

Los libros de medicina españoles publicados antes y después del descubrimiento de América y los relatos médicos coloniales del Nuevo Mundo son las principales fuentes que describen el pensamiento médico durante esta época.

En la antigua Grecia se reconocían cuatro: fuego (calor), aire (frío), tierra (seco) y agua (húmedo).

El cuarto fluido, la bilis negra, no corresponde a ningún producto corporal igualmente obvio, pero su existencia era esencial para la simetría del sistema.

Durante la segunda mitad del siglo VIII, la Bagdad musulmana sustituyó a Persia como el gran lugar de traductores, y fue aquí donde los mejores médicos del califato oriental llevaron la medicina hipocrática a su esplendor.

Los conceptos de Caliente, Frío, Húmedo y Seco no parecen haber sido nunca una parte significativa de la práctica etnomédica española; sino que más bien parecen haber estado confinados al clero y a los médicos.

Y fueron las órdenes religiosas, quienes durante tres siglos desempeñaron el papel principal en la transmisión de estas ideas.

La filosofía escolástica del clero, siguió los dogmas tomistas establecidos del siglo XIII, y la mayoría de los tratados médicos de México y Perú durante ese período fueran escritos por frailes cuyos textos reflejaban doctrinas galénicas e hipocráticas, en la medida en que la teoría tomista había elaborado sobre el sistema aristotélico.

La segunda parte está dedicada a los problemas que pueden surgir en las fronteras: heridas, úlceras, llagas y similares.

La tercera sección es el recetario propiamente dicho, prescripciones para las enfermedades más comunes reconocidas en la época.

Que la obra estaba pensada como recetario lo indican los comentarios del autor:[1]​"Como ya he dicho, no he escrito para los médicos, sino más bien para los que están lejos de las ciudades y de las grandes poblaciones, donde siempre hay doctores".En este recetario se describen remedios para muchas enfermedades, entre ellas algunas que suelen aparecer en los relatos etnográficos, como angurria, almorranas, cursos y pujos, apostemas, erisipela, empacho, incordio, jaqueca, lobanillos, sarna, tabardillo y tiricia.

[1]​ Las boticas y los recetarios a su vez buscaban tratar con enfermedades determinadas como eran: torzon y pujos (diarrea), flema salada (pie de atleta), bazofrio ("bazo frio"), lombrices (parásitos intestinales), empacho ("indigestion"), bilis ("exceso de bilis"), almorranas (hemorroides), sarna (sarna), perrillas (orzuelos), encordio ("tumor en la ingle"), postemillas ("úlceras en los dientes"), ahoguio (asma), frío en la matriz ("vientre frío", explicación común para la incapacidad de concebir).

Una parte importante de los nombres de enfermedades que encuentran los antropólogos en las comunidades latinoamericanas proceden del latín y el griego, como anemia, angurria (estranguria), apendicitis, artritis, fiebre, cólico, diarrea, diabetes, dolores asiáticos (ciática).

Algunos nombres, como es lógico, representan la aportación árabe a la medicina española: jaqueca, mezquino, alfombrillo y algodón.

En otras palabras, las técnicas terapéuticas básicas utilizadas en la medicina de aquella época son las mismas que se encuentran en la medicina española clásica, identificados con los mismos términos que al ser una palabra técnica y específica debía procurarse mantener su significado.

En este caso sin embargo, la virtud debe ser ejercida durante la enfermedad, siendo esta la gran ocasión para mostrar piedad y en los casos fatales estar listo para recibir el sacramento de la extrema unción.

Por esta razón, es un documento importante para entender la forma en la que la medicina trataba con la dimensión psicosomática de las enfermedades.

Sin embargo a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, se empezaría a desarrollar la minería en Esmeraldas, impulsado por varias familias neogranadinas, lo que motivaría el desarrollo de la esclavitud durante las últimas décadas del siglo, además de lo que ya se venía desarrollando desde las haciendas jesuíticas en el valle del Chota.

Previo a esto, sin embargo, se debía aprobar una prueba teórico-práctica para poder oficializar el Título de Doctor en Medicina.

[6]​ Fue además profesor de metafísica, teniendo como alumno destacado a Eugenio Espejo quien estudiaría derecho, teología y medicina.

En esto último sería gracias a la influencia de su padre, Luis Espejo que empezaría su interés en dicha materia.

Refutó además creencias como que la separación y destrucción de la ropa contaminada no era práctica.

Años más tarde, bajo la presidencia de Vicente Rocafuerte se crea en Quito el Anfiteatro Anatómico que en la actualidad es el instituto de Anatomía junto al doctor José María Espinosa y José García Parreño.

El Gobernador estuvo muy activo tratando a los enfermos y evitando que la crisis se agrave mucho más.

En dicho año además se matricularía Juliana Vallejo, y más tarde empezaría a trabajar como profesora.

Años más tarde empezaría la construcción del Edificio del Instituto Nacional de Higiene y que sería creado oficialmente con el decreto presidencial de 1941, otorgándole atribuciones científicas, sanitarias, educacionales y comerciales.

En 1953, el gobierno empezó a organizar la creación del edificio SOLCA, que fue declarado Sociedad "lucha contra el cáncer" en Ecuador.

Cuatro años más tarde, en 1957 se construyó el departamento de radioterapia y cirugía.

Dentro de los médicos más destacados en este ámbito se encuentran Eduardo Estrella Aguirre y Plutarco Naranjo.

Sus estudios muchas veces fueron críticos con las misiones en la Amazonía de Ecuador, que se desarrollaron durante la primera mitad del mismo siglo.

Hospital Luis Vernaza en Guayaquil, ciudad donde se construyó la primera institución de salud, el Hospital de Caridad en 1542 (en Guayaquil la vieja). Cuando la ciudad fue reubicada en su lugar actual, se creó dicho hospital el 25 de noviembre de 1564 con el nombre de Hospital Santa Catalina.
Ilustración del siglo XVI de los cuatro humores: Flegmat (flema), Sanguin (sangre), Coleric (bilis amarilla) y Melanc (bilis negra)
Oración por los enfermos, escuela quiteña
Bajorrelieve representando la muerte en una puerta en Quito
Historia medicinal de las cosas que se traen de nuestras Indias Occidentales, Capitulo Zarzaparrilla de Guayaquil 3.IV.1574.
Museo Nacional de la Medicina
Cuadro de José Cortés de Alcocer del Hospital San Juan de Dios de Quito , fundado en 1565. Principal hospital de la Real Audiencia.
Ignacio de Quezada y Bartolomé García
Representación de Eugenio Espejo , en el Hospital
Pintura de Vicente Albán utilizada en la portada del libro de Eduardo Estrella titulado "Jose Mejia: Primer Botanico Ecuatoriano"
Alegoría a San Juan de Dios en Quito
Medicina en la etapa republicana. Museo nacional de medicina
Hospital Luis Vernaza
Hospital Civil de Latacunga
Leopoldo Izquieta Pérez
Edificio del Antiguo Hospital Militar en San Juan, construido en el año 1900 durante las reformas a la salud en la Revolución Liberal. Actualmente funciona ahí el Centro de Arte Contemporáneo
Primera brigada de la Cruz Roja Ecuatoriana.