Esta cabeza de armas solía estar hecha de materiales más pesados o baratos, como el bronce, plomo o hierro, reforzándose luego con cuchillas aceradas y dando al conjunto formas hexagonales, octogonales, etc.
Fue utilizada por las civilizaciones antiguas desde la prehistoria hasta bien entrada la Edad del Bronce, aunque cayó en desuso por la evolución de las armas defensivas.
Con eso se pretendía infundir un efecto psicológico para disuadir cualquier posible desafío al Incanato.
En las culturas "clásicas" (Grecia y Roma) el uso de mazas parece estar en un segundo plano.
Tanto los reyes, emperadores, como la alta jerarquía eclesiástica usaban mazas como objeto de representación del poder.