Antes de su hallazgo, se pensaba que solo los hombres habían podido ejercer altos cargos en el antiguo Perú.
A su vez se cree que la dama tenía el estatus de gobernante en la sociedad teocrática del valle del río Chicama y era considerada un personaje considerado "casi divino".
Los tatuajes hacen pensar que ocupaba un alto cargo político o religioso.
[5] Recientes estudios realizados por la Fundación Wiese a través del forense español Jordi Esteban Farre avalan la hipótesis sobre el fallecimiento.
Después de una breve exhibición en el Ministerio de Cultura del Perú, pasó a formar parte del Museo Cao, ubicado en el Complejo Arqueológico El Brujo, donde se halló la momia.