Los guerreros que usaban esta arma también utilizaron accesorios como el chimalli (un escudo redondo), el tlahwitolli (arco), y el atlatl o estólica (lanzadardos).
[7] Sin embargo, según el arqueólogo Marco Cervera Obregón, de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), se supone que al menos un macuahuitl se encuentra guardado en un almacén del Museo Nacional de Antropología (México), pero está posiblemente perdido.
La obsidiana era usada en recipientes de cerámica hallados en sitios mexicas, también se han encontrado cuchillos, hoces, raspadores, taladros, navajas para afeitar y puntas de flecha.
[11] En un mural, un guerrero tiene un arma con muchas hojas en un lado y una punta afilada en el otro, un posible ancestro de este.
Se necesita más tiempo para levantarlo y manejarlo por su peso que para apuñalar con una espada, y se necesita más espacio, así que los guerreros avanzaban en formaciones sueltas.