El proceso de fabricación era laborioso y no faltaba el martillo del forjador.Una era «la de la rodilla», que consistía en doblar la espada sobre un apoyo fijo (a menudo la rodilla) desde la espiga hasta la punta, prueba que no era resistida por la mayoría de las demás espadas.La prueba del plomo consistía en coger la hoja por la espiga con la mano derecha y dibujar con la punta un semicírculo sobre una plancha de plomo fija en la pared y que dicha línea del semicírculo fuera tan ancha como la propia parte de la espada.La cuarta prueba consistía en dar tres fuertes cuchilladas sobre un casco de hierro fijo y relleno y en la quinta prueba se examinaba sobre una almohadilla si con los tres golpes anteriores la hoja tenía algún desperfecto.Sin embargo es importante aclarar que estas espadas son meramente decorativas y no son fabricadas con las cualidades necesarias (estructura interna, proporciones, balance y materiales) para resistir su uso en artes marciales, prácticas corte, sabrage, coreografías y mucho menos defensa personal; darle cualquiera de estos usos puede causar accidentes graves para el usuario o personas a su alrededor.