Mariano Quintanilla y Romero

[2]​ En Segovia coincidió con sus compañeros de generación —Ignacio Carral, Emiliano Barral, Juan José Llovet, Julián María Otero, Agapito Marazuela, Eugenio de la Torre Agero o el benjamín Pablo de Andrés Cobos— en la tertulia que solía reunirse en el taller del ceramista Fernando Arranz, que moderan veteranos vates como Blas Zambrano y Antonio Machado.

Ese mismo año, le destinaron al Instituto Calderón de la Barca, en Madrid, donde volvió a coincidir con Antonio Machado.

En 1939, al acabar la guerra civil española, regresó a Segovia, rehusando la opción del exilio.

Víctima de la depuración del magisterio español durante la dictadura franquista, 1944 pudo remediar en parte la situación al ser contratado como profesor en un colegio privado de Olmedo y luego en Medina del Campo.

Como buen caballero es muy dado a la ijerga en donde se ha prendado de una hermosa señora y por la noche, es fama, pasea ante la reja del caserón hidalgo donde su amada mora

Placa de azulejos recordando la recuperación y restauración de la iglesia de San Quirce, a cargo de la Universidad Popular.